Llega el día grande de las fiestas de la Virgen Blanca y Vitoria lo celebra desde el amanecer con la procesión del Rosario de la Aurora, donde cientos de vitorianos se han reunido para este popular rezo.

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En imágenes: Rosario y Misa de la Aurora en las fiestas de La Blanca 2023 Josu Chavarri

A las 08.00 horas la plaza que en la que la víspera se llenó por el comienzo de estas fiestas, ha vuelto a quedarse pequeña para participar en la Misa de la Aurora presidida por Juan Carlos Aguillo, quien se ha despedido como párroco de San Miguel. El Obispo de Vitoria, Don Juan Carlos Elizalde, recién llegado de Lisboa por la Jornada Mundial de la Juventud, ha querido compartir unas breves palabras en las que ha pedido a los jóvenes lo mismo que el Papa: “Alas para volar, soñar y crear; y raíces para absorber de los mayores la sabiduría que ellos pueden ofrecerles”. Tras esto, ha dado su bendición a todos los asistentes en la Plaza de la Virgen Blanca.

A las 10.30 horas ha dado comienzo en la iglesia de San Miguel, bajo el repique de campanas, la Misa Pontifical por el Día de la Virgen Blanca. A ella han acudido las principales autoridades institucionales y cientos de fieles. En la celebración ha habido ofrenda floral a la patrona de la ciudad y un aurresku ante su imagen. Monseñor Elizalde, tras felicitar a toda la ciudad y a quienes llevan en su nombre el de la patrona, ha querido centrar su homilía de este importante día en varios temas, como son el ejemplo de Santa María para nuestras vidas, la situación de la mujer en nuestra sociedad y la identidad cristiana en los colegios religiosos de Vitoria-Gasteiz.

Aún fresco el encuentro con el Papa Francisco en Lisboa, el Obispo ha querido transmitir el mensaje del Pontífice tan oportuno para las Fiestas de la Blanca: “Celebrar a María es, en primer lugar, hacer memoria de la madre, hacer memoria de que no somos ni seremos nunca un pueblo huérfano. ¡Tenemos Madre! Y donde está la madre hay siempre presencia y sabor a hogar. Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. Individuo quiere decir que no puede ser dividido. Las madres, en cambio, se dividen, ellas, desde cuando acogen un hijo para darlo al mundo y hacerlo crecer”.

Ha continuado su reflexión destacando las virtudes de Santa María y lo ha ligado con la realidad de la mujer en la actualidad. “La Virgen Blanca es mujer y en ella están todas las mujeres de nuestra tierra, sin excepción. Abuelas, madres, jóvenes, niñas y recién nacidas. A ella le pedimos por todas estas mujeres, especialmente por quienes sufren violencia, explotadas sexualmente víctimas de la trata, por esas mujeres ancianas olvidadas y por esas jóvenes que no ven sentido a su vida para que tengan en la fe una razón para la esperanza y en nosotros unos amigos con los que caminar”.

Monseñor Elizalde ha recordado que “llevamos muchas fiestas patronales, no solo aquí, sino en muchas otras ciudades y pueblos, con agresiones sexuales, con peleas y con episodios de ingesta de alcohol con ingresos hospitalarios, algo que debemos erradicar por el bien de nuestros jóvenes y de las generaciones futuras”.

El Obispo ha afirmado, “es necesario y urgente reforzar la identidad católica de los colegios de la Iglesia”. En su homilía ha insistido mucho en este aspecto recordando que “reforzar esta identidad es potenciar los valores y principios cristianos que forjen en el alumno una sólida base ética de cara al futuro; es crear un sentido de comunidad y pertenencia entre estudiantes, padres y educadores donde todos compartan una cosmovisión cristiana abierta a todos los credos y a todas las culturas; es garantizar un ambiente más inclusivo y respetuoso que favorezca el diálogo desde la propia identidad; es enseñar a los jóvenes bautizados a respetar las diferentes creencias y tradiciones de sus compañeros en una sociedad como la nuestra que acoge personas llegadas de otros países y continentes, sin diluir sus convicciones cristianas; es asegurar la continuidad de nuestras tradiciones como la que estos días celebramos en torno a nuestra patrona de Vitoria; es incidir en un enfoque holístico donde se subraye el desarrollo integral de los alumnos no sólo en lo académico, sino también en lo afectivo, social y espiritual.

Ha destacado además que reforzar esta identidad de los centros de enseñanza de la Iglesia es “fomentar el servicio a los demás inculcando en los estudiantes la importancia de la solidaridad y la compasión hacia los últimos y más vulnerables, implicando una fuerte carga social que enseñe al alumno a ser ciudadano responsable y comprometido con el bienestar de su comunidad y del mundo, con el cuidado del planeta, la acogida al migrante, el respeto a toda vida humana y a su concepción trascendente”. En este sentido, ha aseverado en este Día de La Blanca, que reforzar esta identidad “no es imponer las creencias a todos los estudiantes sino ofrecer un espacio donde puedan explorar, comprender, contrastar estas creencias y donde tengan la opción de desarrollarse de acuerdo a los valores del Evangelio, a los principios de la Iglesia y a las enseñanzas de Cristo que hemos heredado generación tras generación desde hace más de 2000 años”. “No hay excusa para hacer dejación de una educación propiamente católica” y ha recordado su obligación como Obispo de Vitoria “de facilitarla y posibilitarla. Tenemos que garantizar el derecho de los más jóvenes a conocer a Jesús de Nazaret para el bien de la sociedad. No podemos privarles de esta alegría”, ha dicho.

El Obispo de Vitoria ha recalcado que debemos “escuchar lo que piensan los jóvenes de la vida y de la fe, sin juzgarles, pero abriendo un diálogo constructivo”. Se ha dirigido a padres, abuelos, educadores, sacerdotes y religiosas para invitarles a que sigan “hablándoles de Jesús y a compartir con ellos sus experiencias con Dios y su relación con la Iglesia”. Y sobre todo, ha pedido que continúen "rezando por ellos como la mayor muestra de amor por los jóvenes”.

El Obispo de Vitoria ha finalizado su homilía recordando a todos los vecinos de Vitoria que durante este último año han fallecido. Tras las ofrendas, la comunión y la bendición, se ha entonado el himno a la Virgen Blanca ante su imagen y, ya fuera, frente a la hornacina y con la presencia del Obispo y de todas las autoridades presentes, se han bailado danzas y un aurresku en honor a la patrona de Vitoria-Gasteiz.

Se espera que durante todo el día pasen muchas más personas para rezar o depositar flores tanto en la Capilla de la Virgen como en la Balconada, como lo harán este sábado todas las cuadrillas. Hasta el 9 de agosto esta iglesia acogerá varias celebraciones y homenajes diarios en torno a la patrona de Vitoria.