En Euskadi las personas trans tienen derecho a obtener una documentación administrativa que recoja el nombre y sexo correspondiente a su identidad sexual y que tiene efecto en todas las administraciones públicas. Así lo ordena el Decreto sobre la documentación administrativa de las personas transexuales entrado en vigor en 2016. Desde entonces, año tras año, cada vez son más las personas que solicitan esta documentación para rectificar su condición de género. Solo en pasado año en el territorio alavés, un total de 13 personas solicitaron su tarjeta transitoria ante el Gobierno Vasco, y se recogieron un total de 79 solicitudes en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca.

El Gobierno Vasco aprobó hace siete años el Decreto que regula la documentación administrativa que pueden utilizar en Euskadi las personas trans hasta que se produce la rectificación de su sexo en el Registro Civil para que puedan ser tratadas de acuerdo con su identidad de género libremente determinada. Desde su puesta en marcha, el interés del colectivo trans por esta tarjeta aumenta cada año y cada vez son más las personas que se informan sobre esta posibilidad y que solicitan este derecho; en concreto, 382 personas han pedido durante estos años esta documentación, y de este número un total de 214 personas eran menores (172 mujeres trans y 210 hombres trans). Solo el pasado año, 13 personas solicitaron esta tarjeta en Álava, 47 en Bizkaia y 19 en Gipuzkoa. De los números registrados en el territorio alavés, cabe destacar que cuatro de ellos correspondían a personas menores de edad y en el número general, siete eran mujeres transexuales y seis hombres trans. En 2021 se registró el número más alto de la demanda de las solicitudes tocando el techo con 100 solicitudes.

Para Monika Hernando, directora de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad del Gobierno Vasco, estos datos no solo demuestran el interés del colectivo trans en solicitar la tarjeta administrativa sino también de la visibilización que este Decreto ha tenido en los últimos años.

La documentación o tarjeta administrativa se ha logrado fruto del trabajo que se ha realizado desde el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco en la lucha por la igualdad y no discriminación hacia el colectivo trans en Euskadi. De hecho, en los últimos años se ha caminado ya hacia dicha igualdad, aunque todavía queda camino por recorrer, según valora en este periódico la directora de Derechos Humanos.

“La situación actual es positiva, las cifras de incidentes de odio en Euskadi se están incrementando en los últimos años, y más allá del análisis de si es porque se denuncia más o porque se registra mejor, su relevancia social es cada vez mayor. Y esto nos preocupa”, explica. Según los estudios que se realizan a través de Ikuspegi, la Sociedad Vasca se muestra más abierta en la actualidad y a favor de la diversidad sexual y de género y de la no discriminación del colectivo LGTBI. Así, en los últimos informes realizados por el Gobierno Vasco se evidencia que tienden a mostrar posicionamientos más cercanos o empáticos hacia el colectivo LGTBI y la diversidad sexual y de género las personas más jóvenes, aquellas con más estudios, declaradas agnósticas/ateas, autóctonas, de izquierda y con un estatus socioeconómico medio alto y alto. Por otra parte, con posicionamientos más distanciados, se sitúan las personas de más edad, con menos estudios, religiosas, de origen extranjero y con un estatus socioeconómico medio bajo y bajo.

“Conviene volver a recordar en este sentido el posible efecto del sesgo de la deseabilidad social y, en suma, la complejidad que atraviesa el estudio profundo de actitudes y percepciones sociales”, se detalla en el informe Neurtu. En este mismo sentido, para conocer las actitudes de la población vasca hacia el colectivo LGTBI en torno al ámbito de las relaciones sociales, el informe analiza el grado de acuerdo respecto a ocho afirmaciones que hacen alusión a situaciones que implican formas variadas de interacción social y vinculación hacia personas LGTBI, tocando la realidad del contexto familiar y de amistad, así como, en algún caso, el marco de interacción más comunitario.

En todos los casos, se encuentran niveles de acuerdo muy elevados, cuestión que refleja que la amplia mayoría social vasca se muestra abierta y tolerante en este sentido. La aceptación positiva porcentualmente más elevada se encuentra con relación a vivir en el mismo barrio o bloque en el que vive alguna persona LGTBI (38,6% muy bien y 57,8% bien). Supera también el 90% el porcentaje de población que muestra aceptación positiva respecto a que en el contexto familiar propio se comparta la vinculación amistosa hacia personas LGTBI que pueda tener tanto cada cual como sus posibles hijas/os. El 90% de la población vasca acepta de manera positiva igualmente que una persona LGTBI muestre afecto en público. “Si bien podemos realizar una lectura positiva de este dato, conviene no subestimar que implica que una de cada diez personas de la CAE no se muestra abiertamente a favor de este hecho y es una de las afirmaciones respecto a la que más se muestra una expresión abiertamente negativa (6,6% mal y 2,2% muy mal)”.