Al segundo mes de entrar en la universidad ya era delegada de clase; hoy, Celia Rino es la nueva presidenta del Consejo de estudiantes de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Nacida en Vitoria, cursa doble grado en Ciencia Política y Gestión Pública y Sociología y llega con aires de cambio, como reza su candidatura Mudar la piel.
¿Quién debe mudar la piel el alumnado o la universidad?
–Tiene que ser conjunto. Queremos un estudiantado mucho más participativo e implicado y, para eso, la universidad también tiene que cambiar porque, a pesar de que hay muchos recursos, no toda esa información llega al alumnado. Es como un teléfono descacharrado.
¿Y dónde se pierde toda esa información?
–Los canales que se usan no son del todo adecuados: la web está bastante desfasada, al correo llegar mucha información, pero sin filtro, y si no la haces atractiva es complicado decir al estudiantado que tiene muchos recursos a su alcance para hacer su vida universitaria más interesante.
De ahí su apuesta por relanzar las redes sociales.
–Sí, queremos hacer más fuertes las cuentas que tiene el Consejo de estudiantes, no sólo para fomentar nuestra actividad sino también para transmitir información útil. Pero tiene que ser un canal bidireccional, que sirva también para recoger las quejas y opiniones del alumnado.
Otro de sus retos es que se oiga la voz del alumnado, ¿no se les escucha ahora?
–En muchas ocasiones, no nos sentimos escuchados, la verdad, se van abriendo espacios, pero esperamos que se nos escuche más.
Alguna idea concreta.
–Desarrollar un plan de participación estudiantil para recoger todas esas quejas que, muchas veces, se quedan en un cajón vacío.
Quizá al alumnado no le interesa, no quiere implicarse o ser reivindicativo.
–Creo que hay bastante implicación y reivindicación, lo que ocurre es que con todas las dificultades económicas que tiene: para pagar el piso, el transporte, las matrículas y con todo este cambio social que se está produciendo... Todavía nos estamos recuperando de la pandemia, a todos los niveles, son todo dificultades. Además, llega de un sistema de Bachiller que básicamente consiste en ir a clase y volver a casa y mucha gente entra en la universidad con ese chip; por eso es necesario presentar al estudiantado de forma atractiva todas las oportunidades que puede aprovechar.
Ha mencionado la pandemia. ¿También en la universidad hay un antes y un después?
–Sí, por supuesto. Han dejado de realizarse muchas de las actividades que se hacían anualmente; ha habido un corte, se complicaron muchas cosas y eso ha dejado huella; lo que pretendemos es reavivar esa participación e impulsarla.
Y los estudiantes, qué quejas le transmiten, qué cambios anhelan.
–Más cercanía, otra forma de recibir la información, y en el día a día la necesidad de una renovación docente. Cada vez estamos más conectados y rodeados de tecnología, pero luego implantar todos esos sistemas en la universidad es complicado, ya lo vimos en pandemia cuando hubo que colocar micrófonos y cámaras en las aulas; muchos de los sistemas se ha quedado, pero es necesaria una cierta adaptabilidad del profesorado, también de ciertos estudiantes, y más facilidades.
Sin embargo, la oferta formativa satisface al alumnado.
–Sí, la oferta aumenta año tras año; el problema es el de siempre, el número de plazas y la dificultad para acceder a determinados grados, pero en general, la oferta de la UPV/EHU es muy buena, y la calidad también. Mejorable todo, por supuesto.
Enfoca sus estudios hacia la política, ¿piensa dedicarse a ella?
–Todavía no lo tengo claro, me quedan tres años por delante; de momento, quiero estar activamente implicada en mi entorno social representando al estudiantado.
Pronto habrá elecciones, buen momento para alzar la voz.
–Sí, lo tenemos presente. Para dar voz al estudiantado tenemos pensado hablar con diferentes actores, entre ellos partidos políticos, para aportar nuestro punto de vista y reiterar que el estudiantado es un agente activo en nuestra sociedad con mucho qué decir en muchos temas.
Pues en sus programas electorales, no suelen citarles demasiado.
–Exacto, y es algo que habría que paliar. A pesar de que somos la próxima generación, la que el día de mañana va a estar trabajando y aportando a la sociedad de forma activa, se pide bastante poco la opinión del estudiantado en temas candentes y de gran importancia para su propio futuro.
Quizá deban reivindicar que, además de futuro, tienen presente.
–Exacto. La universidad es un reflejo de todas los cambios sociales que se están dando, tenemos una universidad diversa en género, etnia, nivel económico, personas con distintas características mentales y físicas; somos una sociedad en miniatura que aprende muchísimo y tiene capacidad para aportar un montón, pero pocas veces se nos pregunta, y cuando tenemos que opinar es hoy, no mañana.
Se ha comprometido con los estudiantes a iniciar una ola de cambio y a dejar un legado, ¿cuál?
–Muchos estudiantes con muchas ganas de participar, ése es el objetivo. Somos un equipo que, obviamente está de paso, pero tenemos la tarea de reavivar la participación estudiantil que ahora no está en su cénit, y poner al estudiantado como eje central de la universidad, una universidad que puede transformar de la misma manera que ella le transforma.
¿Hay buena relación con el equipo rector de la UPV/EHU?
–Hemos tenido bastante comunicación; obviamente, no siempre estamos de acuerdo, lo que reivindicamos es que se nos escuche más y que se tenga más en cuenta nuestra opinión.
Un mensaje para sus compañeros universitarios.
–Les diría que es un momento de sus vidas para aprovechar, que expriman todas las oportunidades y que para ello cuenten con sus compañeros y compañeras. Todos a una.