Un año más, las diferentes realidades religiosas que conviven en Vitoria-Gasteiz se unen para denunciar el empobrecimiento creciente que sufren vecinos de la ciudad y para el que no parece haber una política encaminada a paliar estas situaciones. Esta cita llega además cuando conocemos que en Álava se ha duplicado en la última década el número de personas que carecen de un techo para vivir y en la misma semana en la que el Ararteko alertaba sobre el crecimiento de la desigualdad social en Euskadi.

Con este panorama y enmarcada en el Día Internacional por la Erradicación de la Pobreza que se celebró el pasado lunes, la Iglesia católica en Álava, a través del departamento que se dedica al ecumenismo y al diálogo interreligioso, ha convocado a representantes de otras confesiones presentes en la ciudad para denunciar con una sola voz el empobrecimiento que sufren muchos vecinos.

Carta pública

En una carta pública escrita por el responsable diocesano de este acto, Luis Fernando Corcuera, asegura que “se constata que como sociedad estamos mal”. Imaginábamos una nueva era después de la pandemia y hemos vuelto a las andadas, sumergidos en el contexto de la guerra de Ucrania con graves consecuencias a nivel mundial que auguran cambios significativos en la geopolítica internacional”, a lo que se añade “las otras crisis que arrastramos como la económica, la ecológica o la de los recursos”.

Con todo esto, Corcuera alerta que “en el mundo sigue creciendo la pobreza y el sufrimiento de tantas personas y familias cada vez más empobrecidas y hundidas”. En su misiva afirma que “vivimos en medio de un despiste general y de una despreocupación por las necesidades de los otros, enfrascados en comportamientos egoístas, perdiendo esos valores que hablan de vecindad y solidaridad”.

Lado humano

Luis Fernando Corcuera pide por ello que “trabajemos por un mundo más humano, justo, fraterno y en paz” y para expresar todo esto ha convocado a representantes en Vitoria de la comunidad bahá́í, de la comunidad musulmana, de la comunidad taoísta, budistas, evangélicos y ortodoxos a unir sus voces y reflexiones este próximo sábado 22 de octubre a las 17.30 horas en la Casa de Asociaciones Simone de Beauvoir, en la calle San Ignacio de Loyola 8, seguido de una concentración pública en la plazoleta de la calle Barrancal con la confluencia con la calle Portal de Arriaga.