El mes de septiembre suele ser sinónimo de vuelta a la rutina aunque para muchos comienza el mes del caos horario. Me refiero a esas madres o padres cuyos hijos o hijas van a la escuela y comienzan el periodo de adaptación. Muchos de los cuidadores piden vacaciones o ven sus horarios trastocados para poder realizar dicha adaptación ya que es una práctica implantada desde hace años en haurreskolas, guarderías u otros centros que cuentan con educación infantil. El objetivo es que la vuelta o el comienzo al colegio no sea demasiado traumático para los más txikis ya que llegan después de estar con sus madres, padres, abuelos, abuelas y cuidadores en general durante todo el verano y para ellos el cambio es abismal.

Los niños se enfrentan a nuevos espacios, compañeros, materiales, tiempos... muy diferentes al de su casa. Ir a la escuela le va a suponer, sobre todo, separarse por un determinado tiempo de su familia y de las personas que conoce. Estas personas le dan seguridad así que hay niños que les cuesta mucho separarse de ellas por eso, en el periodo de adaptación, se recomienda que la entrada a clase sea poco a poco.

En la escuela de Zabalgana, ubicada en la calle Naciones Unidas 10, el primer día suelen estar aproximadamente una hora y las madres o padres se mantienen siempre a la vista de sus hijos. A medida que transcurren las jornadas ese tiempo se aumenta y comienza a estar sin la persona de apego a su lado. Es ahí donde se les pide a sus cuidadores que no se alejen mucho del centro pero que se alejen de la vista de sus hijos. Para eso, Zabalgana Eskola ha tenido este detalle tan preciado por todos los que están pasando por esta situación: una mesa llena de pastas, fruta y un café junto con un mensaje en el que puede leerse: Ongi etorri familiak (Bienvenidas familias).

La escuela de Zabalgana ha tenido un detalle en el periodo de adaptación. DNA

El objetivo de la escuela ha sido endulzar la espera de las familias de los alumnos de dos años. "Es el primer año de la peque y tampoco conocemos a las madres de los demás compañeros de clase así que nos está ayudando a hacer piña entre nosotras", comenta una ama mientras degusta una pasta. "Se agradece mucho que piensen también en las familias", añade. Todo un detalle del que ya se habla por todo el centro escolar.