La Blanca no se entendería sin la plaza del Machete, sin sus bertsos, sus dantzak, su txosna y su ambiente único en pleno corazón de la ciudad.

El espacio dedicado a la cultura euskaldun encara ya sus últimas horas de actividad tras un reencuentro festivo tan esperado como el de este año, reflejado en un movimiento incesante de gasteiztarras y visitantes desde el mismo día de su inauguración.

A la hora del vermú y también, por descontado, por las noches, al ritmo de los sonidos de bandas y artistas como Trikoma, que movieron a la multitud la víspera de la bajada de Celedón, Gozategi, Olatz Salvador o Harresian Zulo.

Ambiente pese al intenso calor

Superado ya el multitudinario fin de semana, el Machete ha vuelto a congregar desde este lunes a mediodía bajo un sol radiante e intenso a centenares de personas que no han querido perderse una nueva actuación de los trikitilaris de la Academia de Folklore y un bertso saioa protagonizado por Paula Amilburu, Orlando Arreitunandia, Joanes Illaregi y Nerea Ibarzabal.

El público disfruta del bertso-saioa celebrado esta mañana Pilar Barco

Antes de que el escenario se llenara, muy cerca, en el emblemático farolón, la cuadrilla Txirrita ha celebrado también un pintxopote a base de chorizo y queso, amenizado por la txaranga Txorongo, y una exposición con las pancartas festivas que ha presentado desde su fundación en 1977 en las sucesivas ediciones de La Blanca.

El ambiente, algo más relajado que durante los compases iniciales de La Blanca por la progresiva desbandada de la ciudad tanto de vecinos como de visitantes, ha sido de nuevo inmejorable. Como durante todos los días previos.

"Ha sido muy cañero"

Así lo ha corroborado Azaitz Unanue, miembro de GEU Elkartea, para quien han sido unas fiestas de "mucho meneo, mucho ambiente, desde el primer día".

"Nosotros como GEU programamos y organizamos los conciertos y las actividades de prefiestas y creo que hubo más gente que otros años. Estuvo muy bien. En general ha sido muy cañero, hemos estado a tope. Se nos iban gastando las cosas, hemos estado pidiendo (más género) todo el rato... con la cerveza pasa siempre, pero este año también con otras cosas. Ha ido muy bien. Y el ambiente muy majo, muy sano. La gente ha estado con muchas ganas de fiesta, alegre, contenta y muy maja", ha descrito Unanue.

"En general ha sido muy cañero, hemos estado a tope"

Azaitz Unanue - GEU Elkartea

A juicio del integrante de GEU, este año se han notado "muchísimo" las ganas de la gente de disfrutar de La Blanca tras el largo parón obligado por la pandemia, que ha extendido ese gran ambiente hasta los últimos compases del fin de semana.

Desde ese poteo previo a la comida, con sus pintxos, sus vermús, sus sidras y sus vinos, y de nuevo a partir de media tarde y hasta bien entrada la noche, con la "locura" de los bocatas entre medias.

"Han sido días potentes, el 4, el 5 y también el 6. Ahora ya se nota que va bajando, porque la gente también trabaja. Un poco más de tranquilidad, que también la necesitamos. Estamos ya reventadicos", ha reconocido Unanue entre risas.