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Cierra la sede de la Fundación Adra en Vitoria

El centro de apoyo a la inserción ha atendido durante 20 años a más de 9.000 personas de 76 nacionalidades

Cierra la sede de la Fundación Adra en VitoriaCedida

La sede de la Fundación Adra en Vitoria, ubicada en el corazón de Zaramaga, ha cerrado sus puertas este viernes de forma “permanente” tras 20 años de atención a la población migrante de la ciudad. 

Así lo ha confirmado a través de su perfil de Facebook la propia dirección del centro, que alude al “descenso progresivo de recursos económicos que no hacen viable su sostenimiento”.

Durante esta larga trayectoria, Adra ha asistido en la capital alavesa a más de 9.000 personas de 76 nacionalidades distintas.  

“Agradecemos el apoyo de estos años, y deseamos que Euskadi siga avanzando en el camino de la integración y diversidad cultural. También queremos dar las gracias a todas las personas que habéis hecho posible este proyecto, a las personas participantes y al gran equipo humano de voluntariado, que sin vosotros y vosotras habría sido imposible”, ha subrayado la entidad.

Manifestación contra el cierre

Tras consumarse la pérdida de este recurso que durante dos décadas ha apoyado a la población migrante en el aprendizaje de las lenguas locales, en la formación para el empleo, en la orientación en los trámites para obtener la nacionalidad o en la adquisición de otras herramientas para su plena integración, decenas de personas -la mayoría alumnado del centro- se manifestaron en la tarde de ayer por las calles de la ciudad en protesta contra el cierre.

La manifestación sale de la calle Lorenzo Prestamero, donde se ubica la sede de Adra en Vitoria

 

"A pesar del papel de Adra y de que su personal hace lo imposible para atender a todo el mundo, hay personas que quedan fuera de los cursos y las clases, debido a la gran demanda y a la ausencia de otros recursos alternativos que apoyen, por ejemplo, en el proceso de obtención de la nacionalidad", denunciaron a través de un comunicado al que dieron lectura en la Virgen Blanca.

El alumnado dijo no entender "cómo se deja morir un proyecto así" y mostró su "decepción" con la "indiferencia mostrada por la Administración".

Además exigieron "un compromiso político valiente que dote de recursos económicos a las entidades sociales de la ciudad y haga que los derechos de la población migrada no se vean vulnerados".