El esfuerzo inversor por parte de empresas de alta y media-alta tecnología en los años previos a la aparición de la Covid-19, así como de las Administraciones, ha tratado de reactivar ese impulso necesario en innovación, que arrastraba, desde 2008, las consecuencias de la crisis financiera.

De hecho, tal y como señala el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación Euskadi 2030, la lenta recuperación de las empresas tras la crisis de 2008 ha motivado una brecha respecto a la UE que aún no se ha cerrado. En 2019, el gasto interno en I+D en Euskadi era del 1,86 % frente al 2,19 % europeo.

Sin embargo, a pesar de esta distancia y de los enormes retos planteados, como la debilidad manifiesta en innovación de las pymes, Navarra y especialmente Euskadi se han erigido como sinónimos de esfuerzo innovador a nivel nacional.

Según los últimos datos disponibles, los de 2020, los territorios con mayor gasto en actividades de I+D interna por habitante a nivel estatal fueron Euskadi (674,5 euros por habitante), la comunidad de Madrid (607,2) y Navarra (540,9).

De los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) se deprende que Euskadi fue, junto a Madrid, Catalunya y Andalucía, responsable del 70% del gasto total estatal en I+D en 2020, con una aportación, por parte del sistema vasco, de 1.461.517 miles de euros sobre el total de 15.768.133 miles de euros. Por su parte, la Comunidad Foral de Navarra, con un gasto de 366.353 miles de euros, se situaba en el décimo puesto del ranking nacional. La meta de Euskadi para 2030 es que esa cuantía alcance en 2030 los 2.300 millones de euros.

Hoy, agentes privados y públicos tratan de recuperar los niveles de inversión bruta no ya previos a la crisis sanitaria, sino a la crisis económica, para continuar la senda del crecimiento y hacer de la innovación un motor de recuperación y bienestar social.

La evaluación de los resultados del PCTI Euskadi 2020 señalan que entre 2014 y 2020, nueve de los doce indicadores evolucionaban en 2019 favorablemente y seis habían sido superados. Entre estos últimos destacan el porcentaje de ventas de nuevos productos sobre la facturación (uno de los principales fines de la innovación empresarial) y el peso de la financiación extranjera. Sin alcanzar las metas propuestas se quedaban los capítulos de cualificación de personal investigador, de porcentajes de empresas que innovan y de propiedad intelectual.

El documento Estrategia Especialización Inteligente Navarra S4 2021-2027 refleja algunos datos muy esclarecedores sobre el peso de la innovación en este territorio durante los últimos años. Las cifras sobre publicaciones y patentes de 2019 reflejan una situación equilibrada respecto al resto de la UE. Sin embargo, en lo que respecta a las solicitudes de patentes, Navarra sufrió una importante pérdida de posiciones hasta 2017. En el ámbito privado, los datos hasta ese año dejan a la vista una desescalada en el ránking, y las estadísticas de I+D+i de 2019, un estancamiento en la inversión privada sobre el PIB y una ligera mejoría en la inversión pública. Los datos sobre inversión total de I+D+i sobre PIB presentan un estancamiento en torno al 1,7 %, equivalente a niveles de 2005, tal y como señala dicha publicación.

El poder de los clúster

La capacidad innovadora en ambos territorios debe buena parte de su éxito a una cada vez más extensa red de clúster que persigue no solo la innovación tecnológica, sino empresarial, con el objetivo de hacer de Euskadi y Navarra un ejemplo a seguir en investigación, desarrollo y fabricación de nuevas soluciones en prácticamente todos los sectores.

Esta estrategia de política económica, que comenzó a dar sus primeros pasos en los años 90 en Euskadi, ha convertido a las empresas en auténticos agentes dinamizadores y, a su cooperación, en una poderosa herramienta para la mejora de la competitividad de sectores decisivos para el futuro de los territorios.

Euskadi cuenta actualmente con 16 clúster destinados a incrementar la competitividad de las empresas a través de la cooperación entre ellas, con el apoyo de las instituciones y las universidades, para el fortalecimiento del tejido industrial y económico vasco. Navarra, por su parte, cuenta con seis, además de otras plataformas de cooperación empresarial. La efectividad de la estrategia clúster es reconocida hoy a nivel internacional y sitúa a ambos territorios en una situación de ventaja competitiva respecto a otros territorios.

El carácter transversal de la innovación se asienta sobre una red de clústeres estratégicos cada vez más importante en presencia, volumen de negocio, exportaciones y contratación de personal.

Biosalud, medioambiente y alimentación

Por su proyección de futuro y por su apoyo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los clúster empresariales organizados en torno a la biociencia, la movilidad, la energía, la sostenibilidad medioambiental o la alimentación saludable se han convertido en auténticas palancas de cambio, fuentes de innovación y responsables de crecimiento.

El Basque Health Cluster, uno de los más importantes por su reconocimiento fuera de nuestras fronteras, cuenta con más de 90 empresas adheridas y un importante esfuerzo inversor en innovación. De hecho, uno de sus miembros, la empresa vitoriana Biotechnology Institute (BTI), fue responsable de 28 publicaciones científicas en 2020, la mayor cifra en todo el Estado según un informe de AseBio, la Asociación Española de Bioempresas.

Por su parte, I+Med, la cooperativa alavesa independiente de medicina personalizada y sistemas de inteligencia artificial acaba de presentar un proyecto de inversión dotado con 20 millones de euros que incluye la puesta en marcha del primer Instituto Biomédico de Nanohidrogeles Inteligentes (IIBNI). Las instalaciones estarán ubicadas también en Álava y supondrán la creación de 60 nuevos empleos de alta cualificación.

Aclima, el clúster de medioambiente en Euskadi, presenta datos alentadores en desarrollo a favor de la conservación y la lucha contra el cambio climático. Sus empresas facturaron en 2020 más de 2,10 millones de euros gracias a la innovación y la internacionalización. Su actividad representa el 5 % del PIB del territorio. Aclima participa en el último programa de apoyo AEI (Agrupaciones Empresariales Innovadoras) del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con cuatro proyectos para la gestión del ciclo agua (Rindia e Hydroleaks2.0), el desarrollo de plataformas digitales (Simec) y la integración de tecnologías 4.0 en la gestión avanzada de residuos (Cider).

En lo que respecta al sector de la alimentación, el Basque Food Cluster juega un papel decisivo. Sus más de 120 empresas cooperan en favor de la innovación y de la integración de nuevas tecnologías en pro de una industria más respetuosa con la salud de los consumidores y con el medioambiente. Su apuesta por la reducción del impacto ambiental mediante la asimilación de estrategias de ecodiseño en los últimos años es una muestra de los objetivos que persiguen sus empresas. Nagrifood, el clúster agroalimentario de Navarra, apuesta igualmente por la innovación colaborativa para la consecución de dichos objetivos. Con más de 100 socios y 29.000 empleados, esta agrupación camina hacia su consolidación y sus empresas contribuyen al 14 % del PIB navarro.

La innovación, en cifras

70%

Esfuerzo innovador

Según datos del INE, en 2020 Euskadi fue, junto a Madrid, Catalunya y Andalucía, responsable del 70% del gasto total estatal en I+D en 2020, con una aportación, por parte del sistema vasco, de 1.461.517 miles de euros. Navarra, por su parte, con un gasto de 366.353 miles de euros, se situaba en el décimo puesto del ranking nacional.22

Estrategia clúster

Con 16 y 6 clúster, respectivamente, la efectividad de la 'estrategia clúster' implantada en Euskadi y Navarra es reconocida hoy a nivel internacional y sitúa a ambos territorios en una situación de ventaja competitiva respecto a otros territorios.