La rehabilitación de áreas metropolitanas olvidadas es un proceso necesario para revitalizar entornos urbanos y devolverles ese brío perdido con los años, así como dotarlas de nuevas funcionalidades. Buenos ejemplos de ello son la creación del museo Guggenheim de Bilbao, revitalizando antiguos muelles industriales; el Paseo nuevo en Donostia con la incorporación de áreas verdes, mobiliario urbano y accesos peatonales; el Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz, que ha transformado antiguas áreas industriales y agrícolas en espacios naturales y recreativos; o la renovación continua del Parque de la Taconera de Pamplona, donde la arquitectura paisajística juega un papel importante en la creación y mantenimiento de este espacio público.
No es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar significativamente la forma en que se construyen y gestionan los espacios urbanos
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible que promueve la ONU para la agenda 2030 comprenden un capítulo especial, el 11, cuyo propósito es lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, una tendencia que va en aumento ya que se estima que para 2050 el 70% de la población vivirá en urbes. El drama es que aproximadamente 1100 millones de personas viven actualmente en barrios marginales, o en condiciones similares en las ciudades, y se espera que en los próximos 30 años haya 2000 millones más.
No obstante, muchas de estas ciudades no están preparadas para esta rápida urbanización, y el desarrollo de la vivienda, las infraestructuras y los servicios se ve superado, lo que provoca un crecimiento de los barrios marginales o de condiciones similares. Tal como subraya la ONU, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar significativamente la forma en que se construyen y gestionan los espacios urbanos.
Transformando espacios
En la gran mayoría de ciudades existen espacios urbanos abandonados, infrautilizados o contaminados, con un pasado industrial, zonas afectadas por la especulación inmobiliaria, o áreas deterioradas por la falta de mantenimiento. En este contexto, el papel del arquitecto y la construcción son fundamentales, ya que no solo contribuyen a la renovación física de los espacios, sino que también influyen en la revitalización social, económica y ambiental de las comunidades afectadas. El arquitecto adquiere un rol principal, siendo el encargado de concebir, planificar y diseñar intervenciones que transformen estos espacios en entornos habitables, sostenibles y estéticamente atractivos. Pero para que los diseños lleguen a materializarse es imprescindible la industria de la construcción; solo a través de la ejecución de obras civiles, se llevan a cabo las intervenciones necesarias para revitalizar los espacios olvidados y mejorar la calidad de vida de quienes los habitan. Desde la rehabilitación de edificios hasta la creación de nuevos espacios, estos son algunos de los objetivos que se persiguen a la hora de vigorizar zonas degradadas.
■ Rehabilitación de edificios
La rehabilitación de edificios existentes es una parte fundamental de la revitalización urbana. Esto puede implicar la restauración de fachadas, la renovación de sistemas de infraestructura, como electricidad y fontanería, y la mejora de la eficiencia energética mediante la instalación de aislamiento térmico y sistemas de climatización eficientes que otorguen mayor eficiencia y más calidad de vida a los residentes.
■ Creación de nuevos espacios
Además de la rehabilitación de edificios existentes, la construcción también puede implicar la creación de nuevos espacios públicos y equipamientos urbanos como parques, plazas, centros comunitarios y espacios culturales que promuevan la interacción social y el sentido de pertenencia a la comunidad, atrayendo tanto a residentes como a visitantes. Ejemplos como el High Line en Nueva York o el Millennium Park en Chicago ilustran cómo el diseño inteligente de espacios públicos puede revitalizar áreas urbanas y convertirlas en destinos populares.
El papel del arquitecto y la construcción no solo contribuyen a la renovación física de los espacios, sino que también influyen en la revitalización social, económica y ambiental
■ Infraestructuras verdes
Avanzar hacia la sostenibilidad es un elemento transversal en todos los sectores, también en la arquitectura. La implementación de prácticas y tecnologías ecoamigables en el diseño y construcción de edificios puede no solo reducir el impacto ambiental, sino también generar ahorros en energía y recursos. Además, la incorporación de espacios verdes y sistemas de transporte sostenibles contribuye a crear entornos más saludables y atractivos para los residentes. Por ello la integración de infraestructuras verdes como corredores verdes, la plantación de árboles o la incorporación de sistemas de drenaje sostenible para gestionar el agua de lluvia de manera eficiente es otra estrategia importante en la rehabilitación de áreas degradadas. Ejemplos como la Villa Solar en Friburgo, Alemania, o el desarrollo de Masdar City en Abu Dhabi, ilustran cómo la arquitectura sostenible puede transformar áreas urbanas en modelos de desarrollo sostenible.
■ Accesibilidad universal
La construcción en el contexto de la rehabilitación urbana también debe tener en cuenta la accesibilidad universal, garantizando que los espacios públicos sean accesibles para personas de todas las edades y capacidades. Esto puede implicar la instalación de rampas, pasamanos y otros elementos que faciliten la movilidad de personas con discapacidad.
■ Integración de usos mixtos
La integración de usos mixtos en el diseño urbano es otra estrategia efectiva para revitalizar áreas en declive. Al combinar viviendas, comercios, oficinas y espacios culturales en un mismo lugar, se crea un ambiente dinámico que atrae a diferentes personas con diversos intereses. Esto no solo revitaliza la economía local, sino que también promueve la creación de comunidades más diversificadas y sostenibles. Ejemplos como la revitalización del barrio de HafenCity en Hamburgo o el distrito de Wynwood en Miami muestran cómo la integración de usos mixtos puede transformar áreas urbanas en lugares prósperos y vibrantes.
Ejemplos de buenas prácticas
Numerosos ejemplos demuestran el éxito de la colaboración entre arquitectos, constructores y comunidades locales en la rehabilitación de áreas degradadas. Por ejemplo, el proyecto High Line en Nueva York transformó una antigua línea de ferrocarril elevada en el Lower West Side de Manhattan. Diseñado por los arquitectos paisajistas James Corner Field Operations y el estudio de arquitectura Diller Scofidio + Renfro, el High Line transformó un espacio abandonado y en desuso en un corredor verde. Además de ofrecer áreas naturales para el disfrute de residentes y visitantes, el High Line ha revitalizado los barrios circundantes, atrayendo inversiones, impulsando el desarrollo inmobiliario y promoviendo la actividad cultural y comercial.
Otro ejemplo destacado es el caso de la Villa 31 en Buenos Aires, Argentina, donde arquitectos y constructores están trabajando en un ambicioso plan de rehabilitación que busca mejorar las condiciones de vida de los residentes de este histórico asentamiento informal, a través de la construcción de viviendas dignas, espacios públicos de calidad y servicios básicos.
Olympiapark, por otra parte, es un parque urbano en Múnich que fue construido para los Juegos Olímpicos de Verano de 1972. Después de los juegos, el área experimentó un período de declive, pero fue revitalizada a través de proyectos de arquitectura y diseño urbano. Hoy en día, Olympiapark es un popular destino turístico y recreativo que ofrece una variedad de instalaciones deportivas, culturales y de entretenimiento. La renovación del parque incluyó la creación de nuevos espacios públicos, como jardines y lagos artificiales, así como la restauración de edificios históricos y la incorporación de elementos arquitectónicos contemporáneos.
Más cerca, en Barcelona, el barrio del Raval experimentó una transformación significativa con la llegada del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Este centro cultural, ubicado en el antiguo Convento de Santa Mónica, fue renovado y ampliado por los arquitectos Helio Piñón y Albert Viaplana, revitalizó el área, convirtiéndola en un importante centro cultural con exposiciones, eventos y actividades para la comunidad.
Otro caso parecido ocurrió en Valencia y la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un complejo arquitectónico diseñado por Santiago Calatrava y Félix Candela que ha transformado la imagen urbana de la ciudad. Este conjunto de edificios futuristas, que incluye el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Hemisfèric y el Palacio de las Artes Reina Sofía, ha revitalizado la antigua zona industrial del río Turia. Además de ser un importante centro cultural y turístico, la Ciudad de las Artes y las Ciencias ha contribuido al desarrollo económico y social de Valencia.