La industrialización en la construcción no es un concepto nuevo. No obstante, en los últimos tiempos ha ido adquiriendo una posición relevante, prometiendo una metamorfosis en la forma en la que concebimos, construimos y rehabilitamos nuestros edificios. Pero, ¿Qué significa exactamente la industrialización en este contexto y cuáles son sus beneficios tangibles?
La industrialización es el proceso de aplicar métodos y técnicas de producción industrial al sector de la construcción. Esto incluye la creación de componentes en fábricas, que luego se ensamblan en el lugar de construcción, y la integración de tecnologías avanzadas como la digitalización, la robótica y la inteligencia artificial en el proceso constructivo.
Entre sus ventajas más destacadas se encuentra una mayor sostenibilidad, ya que se utilizan los recursos de manera más eficiente, se reducen los residuos y se mejoran los tiempos de construcción. Todo ello contribuye a un mayor control de calidad, seguridad y salubridad, favorece un escenario más inclusivo que permite el auge de la feminización en el sector, solventa la actual escasez de mano de obra y puede contribuir a la mejora del problema de la vivienda.
No obstante, es esencial reconocer que la escasez de vivienda es un desafío sistémico que solo puede abordarse desde un pacto de país. Dentro de este marco, la industrialización se presenta como una herramienta más que ofrece beneficios significativos a medio y largo plazo, aunque no está exenta de algunos inconvenientes en el corto plazo.
Una de las ventajas de la industrialización: mayor sostenibilidad, ya que se utilizan los recursos más eficientemente, se reducen residuos y se mejoran los tiempos
La adopción exitosa y rentable en términos económicos de este proceso requiere de una colaboración estrecha entre todos los agentes implicados. La transición de un sistema tradicional a uno industrializado representa un cambio fundamental de paradigma: se pasa de un enfoque secuencial, con etapas claramente delimitadas (proyecto, dirección de obra, construcción) a un modelo donde las actividades de los distintos participantes ocurren de manera simultánea. Esta evolución demanda una capacitación y reconversión intensivas de los involucrados, con el fin de crear un entorno industrial y profesional capaz de enfrentar los nuevos desafíos que surgirán.
Un nuevo escenario para la rehabilitación
En el mundo actual, donde la sostenibilidad es una necesidad y no solo un valor añadido, la rehabilitación con técnicas industrializadas ofrece una nueva vida a los edificios antiguos, permitiendo que conserven su carácter mientras se les equipa de cara al futuro.
Para alcanzar este objetivo, es fundamental que la industrialización integre eficazmente la metodología B.I.M. (Building Information Modeling), la robótica y la inteligencia artificial. Si se realiza correctamente, el sector podrá desarrollar soluciones singulares que se ajusten específicamente a las necesidades de los edificios que están siendo rehabilitados.
En este procedimiento de revitalización, el profesional de la arquitectura, como líder en el proceso de rehabilitación, juega un rol crucial. Su capacidad para comprender y respetar la historia de una estructura, al tiempo que aplica las innovaciones más punteras, asegura que la rehabilitación no solo sea una actualización funcional, sino también una cuidadosa conservación del patrimonio.
Los arquitectos y arquitectas, figuras fundamentales
Ante este escenario, ¿Cuál es el papel del profesional de la arquitectura en este proceso de cambio? Lejos de desplazar su trabajo, la industrialización ofrece nuevas avenidas para la expresión creativa. A medida que las técnicas se vuelven más avanzadas, su función como diseñador, innovador y guardián del tejido social se vuelve más significativa. Los arquitectos y arquitectas son, y siempre serán, fundamentales en la concepción de espacios que se alineen con la evolución de nuestras sociedades y nuestras necesidades como habitantes urbanos.
En la vanguardia de esta transformación arquitectónica, el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) pretende guiar a los y las profesionales a través de la formación, el asesoramiento y el compromiso con la excelencia. Este es un momento para abrazar la innovación y para los arquitectos y arquitectas, una invitación a liderar el camino hacia un mundo construido más eficiente, sostenible y, sí, más hermoso. Porque mientras que la industrialización redefine las metodologías, la esencia de la arquitectura -la creación de espacios que enriquecen la experiencia humana- sigue siendo inalterable.
Consciente de estos cambios, el Colegio se compromete a servir como plataforma de apoyo y conocimiento, garantizando que los arquitectos y las arquitectas estén equipados para afrontar los nuevos desafíos. A través de programas de formación y actualización continua, se asegura de que sus miembros no solo estén al día con las últimas tendencias, sino que también sean pioneros en el uso de tecnologías emergentes.
De esta manera, se reconoce la importancia de equilibrar los avances tecnológicos con la necesidad de prácticas sostenibles y éticas. La industrialización no debe ser una carrera hacia la maximización de beneficios a expensas del entorno o de la calidad de vida. Por ello, el Colegio aboga por una industrialización con conciencia, que ponga la sostenibilidad y el bienestar humano en el centro de cada proyecto.