l Gobierno de Pedro Sánchez se está equivocando estrepitosamente en sus sucesivas respuestas y reacciones al grave escándalo del espionaje mediante el software Pegasus. Ni la displicencia inicial hacia los independentistas víctimas del ataque ni las desafiantes palabras y el tono utilizados por la titular de Defensa, Margarita Robles, ni la revelación en plena crisis de que también el propio presidente Sánchez y al menos dos ministras han sido espiados a través de sus móviles han sido opciones aceptables desde el punto de vista democrático e incluso añaden mayor gravedad aún al caso. Faltan una investigación rigurosa, explicaciones convincentes y la asunción de responsabilidades, y el Gobierno se las debe a la ciudadanía y a la Cámara. A la espera de la comparecencia mañana en la comisión de secretos del Congreso de los Diputados de la directora del CNI, Paz Esteban, el Ejecutivo de Pedro Sánchez perdió ayer una buena oportunidad para recuperar parte de la credibilidad y confianza perdidas en los últimos días. Su veto a la creación de una comisión de investigación, apoyándose para ello en los votos de la derecha de PP, Vox y Ciudadanos y desdeñando de nuevo a sus socios habituales, es una nueva muestra de desconfianza, debilidad y oscurantismo. No parece que la próxima comparecencia del presidente -forzada por sus socios- pueda despejar las muchas dudas existentes y aportar el necesario sosiego mediante la facilitación de la información y las explicaciones debidas. Además de socavar al propio sistema democrático y a las estructuras del Estado, el escándalo Pegasus amenaza seriamente la estabilidad del Gobierno, empezando por la propia coalición, con Podemos cada vez más beligerante y exigiendo dimisiones en el gabinete del que forma parte. Los apoyos del Ejecutivo (PNV, ERC y EH Bildu, fundamentalmente) ya están advirtiendo de que Sánchez “juega con fuego” -como avisó Itxaso Atutxa- y de que, en definitiva, la legislatura está en peligro, como de manera muy elocuente afirmó Gabriel Rufián. El Gobierno no puede seguir desairando a sus socios en un caso de la gravedad del espionaje en favor de quienes, como PP y Vox, pretenden desgastarle y desalojarle. La transparencia, la aclaración y explicación de lo sucedido y la asunción de responsabilidades son la única vía para restablecer la confianza y garantizar la estabilidad de la legislatura.
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