a sorprendido en muchos sectores la convocatoria realizada ayer por parte de los sindicatos ELA, LAB, Steilas y CCOO de una huelga en todo el sistema educativo vasco con el declarado objetivo de rechazar el documento de bases que servirá para la elaboración de un anteproyecto de ley de Educación en Euskadi que debe, en su caso, debatir, votar y aprobar el Parlamento Vasco. La sorpresa -expresada por el propio consejero de Educación, Jokin Bildarratz- es explicable por el mero hecho de que se convoque un paro frente a un texto que aún no ha nacido, se encuentra en plena fase de diálogo y negociación y está teniendo la virtud de concitar un importante consenso. La huelga es un derecho legítimo y plenamente reconocido “para la defensa de los intereses de los trabajadores”, tal y como establece el artículo 28 de la Constitución. Asimismo, como recordó ayer UGT -que no se suma al paro-, la Organización Internacional del Trabajo define la huelga como “la manifestación más visible y polémica de las acciones colectivas en caso de conflicto laboral, y se le considera a menudo como el último recurso de las organizaciones de trabajadores en la búsqueda de satisfacción de sus reivindicaciones”. En el caso de la convocatoria en Educación, no se trata de un conflicto laboral ni es el último recurso ni se plantea frente a algo tangible. Los sindicatos, al igual que el centenar de agentes del sector educativo que han participado en un proceso que lleva en marcha muchos meses de ingente trabajo, han podido presentar las alegaciones que hayan considerado oportunas en la comisión parlamentaria. De ahí que pueda concluirse de manera diáfana que se trata de una huelga política, en el pleno sentido de la expresión, ya que busca confrontar y condicionar el diálogo entre los grupos parlamentarios, legitimados por la sociedad para la elaboración de la ley que todavía no es ni un borrador. La representación de la soberanía popular está residenciada en el Parlamento, que ha dado cauce de participación al sector afectado en un proceso en el que el diálogo aún está abierto. De hecho, hoy mismo tendrá lugar una nueva reunión entre el Gobierno Vasco y Elkarrekin Podemos en busca de un acuerdo, que se ve plenamente factible, que ampliaría el consenso que se busca en un asunto como la Educación que debe contar con un gran pacto de país al que también los sindicatos deben ser sensibles.