El Gobierno vasco ha aprobado este martes la ya anunciada línea de avales público-privados para ayudar a los menores de 40 años en la compra de su primera vivienda. La idea de esta medida, como ya explicó hace unas semanas el lehendakari, Imanol Pradales, es completar la financiación hipotecaria de personas de entre 18 y 39 años cubriendo ese 20% que no hacen los bancos. De esta forma, la entidad bancaria podrá prestar hasta el 100% del valor del inmueble. Con esta aportación, el Ejecutivo quiere ayudar en la adquisición de 3.000 viviendas hasta 2029, según ha explicado la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. El programa arrancará en otoño.

Tal y como se había anunciado ya, podrán beneficiarse de él aquellas personas que hayan residido en Euskadi al menos dos de los últimos cinco años y cuyos ingresos no superen los 50.400 euros anuales en caso de ser solicitante único o 86.400 euros si se trata de dos. En el caso de parejas, solo una de las personas deberá haber residido en la CAV dos de los últimos cinco años. No podrán acceder a esta ayuda, en cambio, quienes sean propietarios de otra vivienda, aunque aquí hay excepciones: se exime de este requisito a quienes lo sean solo de una parte por herencia, a separados o divorciados que no puedan disfrutar de ese inmueble o a los propietarios de infravivienda.

El aval

El aval cubrirá desde el 80% hasta el 100% del valor mínimo entre tasación y compraventa, es decir, ese 20% que no hacen normalmente las hipotecas. Siempre, eso sí, para inmuebles con un precio máximo de 340.000 euros, nuevos o de segunda mano, y que estén ubicados en Euskadi. Además, será obligatorio que la vivienda sea habitual y permanente, al menos, durante el tiempo de vigencia del aval. Este 20% es lo primero que se pagará y, una vez hecho, las exigencias decaerán.

El procedimiento será el siguiente: el Gobierno vasco acompañará a los beneficiarios hasta que les quede el 80% del pago de la hipoteca, a partir de ahí, el aval desaparece y seguirán pagando las cuotas a la entidad bancaria hasta dar por concluido el préstamo. Según explica el Ejecutivo, el aval no tiene coste y las cuotas se abonarán siempre al banco. La medida se desarrollará a través de la colaboración público-privada, ya que el dinero lo aportarán el Instituto Vasco de Finanzas, la dirección de Juventud y las entidades financieras que se adhieran, cuya identidad queda todavía por conocer. Serán éstas, además, quienes decidirán las condiciones de la hipoteca y las que se encargarán de todo. Estudiarán si las personas interesadas cumplen los requisitos para que se les otorgue el aval, por ejemplo. En caso de impago, Melgosa ha asegurado que “el riesgo es mínimo” y se podrá recuperar reclamando judicialmente.

Similar en el Estado

La línea de avales aprobada este martes por el Gobierno vasco es similar a la que lanzó el año pasado el Ejecutivo español, un programa que permite a los menores de 35 años y a familias con hijos a cargo obtener una hipoteca que cubra el 100% del valor de la vivienda, al avalar el Estado, a través del ICO, el 20% del importe del préstamo. Está dirigido, como en el caso vasco, a personas solventes que pueden afrontar el pago de una cuota hipotecaria pero que no han podido ahorrar ese 20% que no cubren habitualmente los bancos.

Los requisitos en el caso estatal son los siguientes: tener menos de 35 años o hijos menores a cargo, disponer de ingresos anuales que no superen los 37.800 euros en caso de un solo comprador (o hasta 75.600 euros si son dos), y que la vivienda sea la residencia habitual. Eso mientras dura el periodo del aval, que el Gobierno español ha fijado en un plazo máximo de diez años. Con esta medida, el Gobierno de Pedro Sánchez pretende facilitar la adquisición de 50.000 viviendas.

Según ha explicado el consejero de Vivienda y Agenda Urbana, Denis Itxaso, la línea de avales "se inscribe en esa política de protección de la demanda", una serie de medidas "paliativas" para hacer frente a la crisis residencial mientras las "medidas estructurales", como la Ley de Medidas Urgentes que busca incentivar la construcción de vivienda, tiene resultados. Este programa convivirá también con otra línea de avales destinada al alquiler que se aprobará antes de final de año. "La idea es que se avalen hasta 2.000 euros por persona beneficiaria para costear la mitad de la fianza y el pago de hasta dos mensualidades", ha adelantado Itxaso, algo que se llevará a cabo a través de créditos personales que concederán las entidades financieras asociadas con el aval del Instituto Vasco de Finanzas. "La idea es poder tener un fondo de unos 20 millones de euros para cubrir esas posibles ejecuciones de los avales", ha agregado.

Las críticas

Poco después del anuncio del Gobierno vasco, EH Bildu ha salido a criticar el programa de avales por tratarse, en su opinión, de una medida "que beneficia a las entidades financieras y alienta el mercado especulativo de la vivienda". "En un contexto en el que el acceso a la vivienda es uno de los principales obstáculos para la juventud, las soluciones no pueden volver a pasar por fórmulas que ya fracasaron en el pasado y que comprometen recursos públicos al servicio de los intereses privados. El plan de avales del Gobierno vasco no solo no aborda las causas estructurales de la crisis de la vivienda, sino que profundiza en ellas", asegura la coalición abertzale en un comunicado.

"De este modo, se traslada al conjunto de la ciudadanía el riesgo financiero que las entidades no están dispuestas a asumir. Así, las entidades bancarias se aseguran un negocio sin riesgo, mientras que los fondos públicos quedan expuestos si se producen impagos. Es un modelo en el que las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan", concluye.