Hace apenas diez días, la mayoría del comité de la planta de Michelin en Vitoria daba su visto bueno al plan de bajas incentivadas y contratos relevo propuesto por la empresa para afrontar los ajustes derivados del sombrío horizonte de producción que la dirección presentó para 2024 –“el más bajo de los últimos 20 años”–, que supondrá la salida de 150 empleados. Y la factoría va a cerrar el año con una nueva desactivación de jornada, como consecuencia de la coyuntura general de “volumen a la baja” de pedidos que ha venido motivando el goteo de desactivaciones que ha venido viviendo desde inicios de otoño.

En este caso, la desactivación afectará exclusivamente al sábado 30 de diciembre, según se comunicó ayer, y afectará a 458 trabajadores de ingeniería civil y a 81 de semiterminados, según confirmaron fuentes de la dirección de la planta consultadas. Es decir, los trabajadores afectados en total ascienden a 539 del total de casi 3.500 con los que cuenta la factoría, la más importante de la multinacional gala en el Estado.

Estas fuentes insistieron en que la medida se enmarca en el mismo contexto de demanda a la baja y de exceso de producción general que ha motivado anteriores desactivaciones, haciendo uso de la política de flexibilidad de la empresa.

A comienzos de noviembre, la dirección de la factoría comunicó a la plantilla un ajuste de fabricación de 850 toneladas, que supuso la desactivación de turnos de unos 1.300 trabajadores en noviembre. Entonces se dejaron de producir 450 toneladas de ruedas de ingeniería civil –las de maquinaria de obra pública– y 400 toneladas de neumáticos para turismo. Un mes antes, a primeros de octubre, la multinacional gala ya decidió dejar de producir en su planta gasteiztarra unas 2.000 toneladas de neumáticos de ingeniería civil, una medida que afectó también a unos 1.350 trabajadores.

Fue el pasado 25 de noviembre cuando esta situación dio un salto cualitativo al anunciar la dirección de la factoría su decisión de prescindir de 150 trabajadores, ajustar calendarios para unas 650 personas en fabricación y paralizar inversiones previstas por valor de 75 millones de euros para abordar la previsión de producción de 2024, “la más baja de los últimos 20 años”.

En el Parlamento Vasco

Precisamente en esos días, la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, manifestó en una entrevista la “falta de entendimiento” entre Michelin y el Gobierno Vasco y criticó que la dirección de la empresa “no ha entendido bien dónde se encontraba” y que “se ha dirigido desde la distancia”. A comienzos de verano, David Udakiola tomó el relevo al frente de la planta de Vitoria de César Moñux, que llevaba en el puesto poco más de un año tras suceder a Mariano Arconada, que llegó al puesto en 2019.

Ayer, la consejera fue preguntada al respecto en la sesión de control del Parlamento Vasco por el PP. La consejera ratificó que con la anterior dirección de Michelin “la relación o no ha existido o ha sido ínfima”. Ahora, con la actual dirección, hay “una relación que espero que sea fructífera, mejor que con la previa, y necesitamos engrasarla, no lo voy a negar, como lo hemos hecho en otros tiempos. En esta situación necesitamos ser cien por cien transparentes por ambas partes”.

Tapia insistió en que el Gobierno Vasco tiene las puertas abiertas para todas las empresas y que en el caso de las multinacionales que tienen los centros de decisión fuera “es más necesario mantener una relación constante”.