El tejido empresarial vasco está muy alineado con la media europea, pero en determinados parámetros, como ocurre en todos los órdenes, tiene margen de mejora. Confebask difundió ayer una estadística sobre el tamaño medio de las plantillas laborales en Euskadi, que con un dato de 6,03 empleados por empresa se sitúa por encima de la media del Estado (4,7) pero lejos de países como Alemania (11,8) y Reino Unido (8,6). Aumentar plantilla no es sinónimo automático de crecimiento económico de la empresa, pero, por lo general, sí es una vía de consolidación de la actividad productiva y una posibilidad de ampliación de la misma. 

Las pymes son parte esencial de la economía vasca y española. Según datos del Eustat del año pasado correspondientes al informe ‘Estructura y Demografía Empresarial Vasca’, apenas 2.553 empresas, el 1,5% del total en la CAV, son establecimientos con 50 o más personas empleadas de media, si bien en conjunto, ocupaban al 41,5% del total de personas empleadas. Sin embargo, 122.164 establecimientos, “casi tres cuartas partes, son de pequeño tamaño -menos de tres personas empleadas- y recogían el 16,1% de todas las personas empleadas”.

En su boletín estadístico, Confebask recoge que la media europea –con datos del año 2020– refleja que el tamaño empresarial medio era de 5,7 trabajadores. Asimismo, el porcentaje de pequeñas empresas –las que tienen una plantilla de menos de 50 trabajadores– en la CAV es similar al de Europa, con un 98,6% en Euskadi y un 98,9% en el continente. En cuanto al volumen de empleo en pequeñas empresas respecto al empleo total, el peso en Euskadi supera al europeo (48,8% en el primer caso frente al 47,1%) del segundo. Sin embargo, queda por debajo al del resto del Estado, donde representaba, en el año analizado, un porcentaje del 54,7%. 

Desde hace años las pymes, en culquier territorio, expresan las mismas preocupaciones. Una de ellas tiene que ver con la dificultad para contratar. Por un lado, para atraer –y retener– talento. Según el informe del Eustat, durante el pasado año, en las empresas de menos de tres personas empleadas es donde más puestos de trabajo se perdieron (2.603). En cambio, donde más creció el empleo fue en los estratos de 10 a 19 trabajadores y de más de 50 personas empleadas, ganando 2.498 y 2.140 empleos, respectivamente.

A estas dificultades relativas al equilibrio en la creación de empleo hay que sumar otros factores, como un “exceso de burocracia y de normativas”, como explica en una entrevista a su publicación corporativa el presidente de Cepyme (Confederación Española de Pequeña y Mediana Empresa), Gerardo Cuerva. 

“El principal obstáculo para el crecimiento empresarial es el exceso de burocracia y de normativas que, además, en la mayor parte de los casos, no tienen en cuenta las necesidades de las pymes”, indica Cuerva, que también destaca, como otras barreras, “la mayor presión tributaria, las normas laborales más rígidas y el absentismo laboral”. “Facilitar el crecimiento de las pymes conllevaría una mejora de competitividad de las empresas y de la economía en general. Es una tarea que va en beneficio de todos”, opina la patronal vasca en su análisis.