El lugar del encuentro es la histórica sede de Vital Kutxa en la calle Independencia de Gasteiz. El presidente de Kutxabank tiene una reunión en la capital alavesa después en una agenda intensa en los tres territorios históricos de la CAV.
Pregunta: El cambio de política monetaria impulsa los beneficios del sector.
Respuesta: —En nuestro caso, también en general en la banca, nos hemos centrado en la eficiencia en un periodo de tipos de interés muy bajos, incluso por debajo de cero, en el que era muy difícil hacer banca. Nos hemos centrado en generar ingresos por servicios. Kutxabank ha sido especialmente exitoso con la gestión de fondos o con los seguros. Nos hemos tenido que buscar las alubias de otra manera. Ahora hemos pasado rápidamente a unos tipos no solo positivos, sino bastante altos. El impulso en el margen, unido a todo lo que se había hecho antes, ha dado como resultado unas cuentas muy altas.
Hasta el punto de marcar un nuevo récord de beneficios.
—Es algo transitorio, los tipos de interés se tienen que normalizar. De hecho, nosotros no estamos contentos con estos tipos. En la subida de tipos hay un escalón de normalización, hasta entre el 2% y el 3%, que es un nivel bueno para la economía y para los bancos. Y un segundo escalón, que nos ha llevado hasta el 4,5%, que es excesivamente alto. No nos gusta que las familias estén apretadas, que las empresas tengan un coste de financiación tan elevado. Estarían más cómodos con ese nivel entre el 2% y el 3%. Ahora bien, transitoriamente, los tipos altos tienen un impacto importante en el margen de los bancos. Lo estamos aprovechando para invertir porque en los últimos años ha sido más difícil con las condiciones que teníamos. Ahora lo estamos haciendo a tope.
¿En qué están invirtiendo?
—Estamos invirtiendo transversalmente en todas las áreas del banco. Estamos invirtiendo en mejorar la calidad de servicio, en mejorar las funcionalidades digitales para los clientes, pero también en digitalizar nuestros procesos. Estamos invirtiendo en general en personas. Vamos a contratar más de 100 personas este año. En el proceso de racionalización al que nos ha obligado la década de bajos tipos de interés, la situación difícil para la economía y para la banca, habíamos llegado casi a pinchar en hueso en muchas áreas. Ahora invertimos.
¿Afinaron la estructura durante la etapa anterior y ahora la relanzan?
—Sí y actúamos donde se necesitan más recursos. El sector en general se ha visto forzado en la última década a reducir el número de oficinas a la mitad. Y Kutxabank está ahí, en la media,como los demás. Esa reducción de oficinas está muy condicionada también por la digitalización. Porque ahora, cuando se habla de servicio, no solo hay que pensar en oficinas, sino también en funcionalidades digitales. Casi todos hacemos ya la mayor parte de nuestras operaciones con los bancos a través del móvil o del ordenador. Eso ha permitido el proceso de reducción de oficinas, una racionalización muy profunda en todo el sector.
“Las fundaciones bancarias van recibir más de 300 millones, tienen fuerza para jugar un papel importante en la economía”
¿Cuáles son las líneas de negocio en las que hay más expectativas de crecimiento el próximo año?
—Hemos hecho una reflexión estratégica apostando por el crecimiento. Más allá de seguir empujando las líneas de negocio tradicionales, la cercanía a las familias y productos como las hipotecas o la gestión de recursos en las que somos líderes y tenemos mucha fuerza en Euskadi, sí se han identificado otras palancas de crecimiento y rentabilidad a las que hay que dar un impulso. Está la banca de empresas, que además es vital desde el punto de vista de nuestra misión. Kutxabank, que es un banco de la sociedad, tiene que ser muy cercano a las familias, como siempre ha sido, pero tiene también que ayudar y estar muy cerca de las empresas. Ahí hemos tenido que ser algo más tímidos en la última década por las circunstancias económicas y ahora queremos empujar. Hay una doble motivación, la del crecimiento y el negocio, y otra motivación fundamental, que es nuestra misión. Hay, además, oportunidades muy importantes en la financiación al consumo o en la transición energética, donde estamos poniendo el foco. A la banca privada y a la banca de inversión también queremos darle un nuevo impulso.
¿Cuál es el objetivo de la apertura de una gran sede en Madrid?
—El objetivo es el crecimiento. Kutxabank tiene que crecer porque si no corremos el riesgo de ser irrelevantes. El bancario es un sector maduro, sin altos crecimientos. Por ello, hay que buscar mercados donde el crecimiento sea especialmente fuerte y enfocar los recursos. En ese sentido, Madrid es una apuesta clara. Es un mercado muy dinámico, con mucho crecimiento y con mucho volumen, pero en el que además tenemos ya una presencia muy importante. Alrededor del 20% de nuestra cartera crediticia está en Madrid. Tenemos 66 oficinas. La apuesta por Madrid se ha concretado también en el acuerdo reciente para la adquisición de una sede en Madrid que no teníamos. La idea es centralizar los recursos, las personas que tenemos en diferentes oficinas de empresas, de banca privada, etcétera, para llevarlos todos a este nuevo edificio y tener una palanca de crecimiento, una palanca también de atracción de talento.
¿En qué sentido?
—Atracción de talento de jóvenes vascos que se van a Madrid, que es un flujo muy, muy, muy alto. Seguramente podamos contratar a algunos de esos jóvenes en Madrid y que tengan después, en otro momento de su vida, un camino de vuelta. Eso nos parece una ecuación interesante. Ahora bien, lo que no tiene que estar en duda en ningún momento es que el centro de decisión de Kutxabank va a estar siempre en Euskadi y que el arraigo está garantizado. Vamos a seguir fomentando el nivel de servicio, la cercanía a las empresas en nuestros mercados naturales y el más importante es Euskadi. Pero necesitamos otras fuentes de crecimiento y, aunque hay otras, la apuesta por Madrid es importante.
La competencia allí es más fuerte, ¿tiene peso la marca Kutxabank?
—Sí, la marca Kutxabank tiene mucho prestigio, de banco confiable y serio. Los vascos hacemos bien las cosas y hemos sido pioneros en el sector financiero. La marca está muy bien establecida y en Madrid hay muchas más familias de las que se puede pensar aquí que tienen hipotecas de Kutxabank. Tenemos un posicionamiento muy interesante en Madrid y posibilidades de crecimiento muy importantes.
¿Está zanjado el debate de la salida a Bolsa?
—Es un tema sobre todo a debatir entre los accionistas, pero en estos momentos no hay absolutamente ninguna interacción. Por su parte no hay ninguna intención ni necesidad de salir a Bolsa. Es bastante evidente que salir a Bolsa habría sido un error. Las valoraciones bursátiles han sido muy malas para los bancos y realmente no hay necesidad, porque el parqué te permite el acceso a capital y no lo necesitamos. En un horizonte a corto y medio no vemos ninguna necesidad de salir a Bolsa.
En cuanto al tamaño del banco, ¿siguen vigilantes ante una posible oportunidad de compra?
—Siempre hay que mirar, estar ojo avizor. Pero, primero, en estos momentos no se dan esas oportunidades, precisamente porque al estar el sector en un ciclo bueno, con buenos resultados, cada uno quiere hacer su camino. Y segundo, para Kutxabank hay unas líneas rojas claras y una es la del mantenimiento del centro de decisión y el arraigo en Euskadi. No se contemplarían operaciones que por su tamaño pudieran poner en peligro esa línea roja.
“Hay líneas rojas, como mantener el arraigo a Euskadi. El banco no contempla operaciones que puedan ponerlo en peligro”
Bruselas penaliza las participaciones industriales de la banca y Kutxabank ha ajustado su cartera. ¿Renuncia a ampliarla?
—Una de las primeras cosas que dije al acceder a la presidencia del banco es que se había acabado el proceso de venta de participaciones industriales. Todavía tenemos una cartera de participadas muy significativa, de 1800 millones de euros, y no habrá más ventas. No tenemos el control en esas participadas, pero vamos a trabajar, ayudar y poner el foco en que se mantenga los centros de decisión en Euskadi. También en fomentar operaciones de incremento de tamaño, siempre con el objetivo de garantizar que el centro de decisión queda en Euskadi. Lo que podemos hacer en relación a la toma de participaciones es limitado, porque el BCE penaliza esas operaciones. Los recursos financieros ahora están en las fundaciones a las que les transferimos los dividendos. Tienen fuerza para jugar un papel importante en la economía y deben hacerlo. Sin embargo, Kutxabank también quiere seguir jugando un papel importante y hay mecanismos.
¿Qué mecanismos?
—El clúster financiero que promueve el Gobierno vasco, por ejemplo. Kutxabank está en el grupo promotor de este clúster financiero y pretende jugar un papel importante en él. Además participamos en Talde o Ekarpen, que siguen invirtiendo en empresas. Hemos visto la compra por parte de fondos de algunas empresas importantes en Euskadi. Ese proceso va a aumentar en los próximos años, va a ir a más. Tenemos que tener la capacidad de participar en esas operaciones y garantizar mediante entradas en el capital de esas empresas que las sedes se quedan.
“Que los tipos de interés bajen cuanto antes y alivien a familias y empresas”
El banco de las tres antiguas cajas de ahorro no está cómodo con los actuales niveles de los tipos de interés, a pesar de que han impulsado sus márgenes .
Kutxabank ultima la apertura de una sucursal en Pozas, los bancos ya no abren oficinas...
—El proceso de cierre de oficinas ha llegado a su fin. Puede haber todavía pequeños ajustes, más en Cajasur. Ahí queda algo de recorrido, hay un exceso de oficinas. Sin embargo, en Euskadi, ya hemos llegado prácticamente a un nivel razonable, aunque todavía estamos por encima de la media europea en número de oficinas por habitantes. El ritmo lo marcará el avance de la digitalización, porque la clave es mantener los niveles de servicio más altos que podamos. Algo que a veces no es fácil, sobre todo para las personas que se van quedando atrás en la digitalización. Nuestro empeño es mantener los niveles de servicio y acomodar el progreso de la digitalización a todas las capas de la sociedad apoyándolo en la red de oficinas.
¿Cuándo veremos normalización en la remuneración al ahorro?
—El sector está acometiendo una normalización progresiva, no es un salto repentino. Me refiero a la remuneración de los depósitos, porque para el ahorro sí que tenemos instrumentos. En Kutxabank se ha producido un trasvase enorme de fondos de clientes desde depósitos a fondos de renta fija a corto plazo que ofrecen una rentabilidad muy interesante. Apostamos por una gestión personalizada y somos especialmente proactivos en ofrecer rentabilidad a través de instrumentos que han funcionado extremadamente bien.
¿Cómo afecta el impuesto de la banca al sector?
—Son menos recursos para invertir y en nuestro caso son menos recursos para revertir directamente a la sociedad a través de las fundaciones bancarias. Si la fiscalidad se lleva un pedazo mayor, hay menos para repartir entre los tres accionistas para su obra social. Hay que partir de la base de que la fiscalidad es ya muy alta en el sector bancario. Cuando se habla de beneficios extraordinarios, ha habido una década de beneficios muy bajos. Ahora tenemos un año bueno después de muchos malos. En cualquier caso, tenemos los suficientes recursos para invertir.
Las fundaciones bancarias recibirán un dividendo récord.
—Sí, sí. Este año se batirá el récord de beneficios y por tanto también el de dividendos: Las tres fundaciones sumarán más de 300 millones.
Fondos interesantes en un momento de reactivación de la economía, pero también de necesidad de las familias en relación a la obra social de las antiguas cajas.
—Sí, la intención de las fundaciones es aumentar la obra social y estarán atentas a las necesidades de la sociedad. Aun así, vemos que las familias y las empresas están aguantando bien. Es cierto que han subido los precios, han subido también las hipotecas y somos conscientes de que eso supone una carga adicional en muchas familias. De hecho, hablamos con nuestros clientes y llegamos a soluciones. Pero en términos generales, dado que el empleo está aguantando muy bien, la sociedad en su conjunto está aguantando bien. No vemos tampoco que vaya a haber grandes dificultades el año que viene, afortunadamente. Esperemos que los tipos de interés bajen cuanto antes. Confiemos en que no haya más sustos inflacionistas y que puedan bajar los tipos y aliviar a familias y empresas.
¿Tendrá impacto en la economía el choque entre izquierda y derecha por la investidura de Sánchez?
—Para el sector empresarial y para la economía es bueno, sobre todo a medio y largo plazo, tener estabilidad, que haya menos polarización y menos incertidumbre. Con todo, me preocupa más el área del apoyo a la empresa, que se apoye desde la política más firmemente a la empresa. Algo que sí vemos en Euskadi, sí vemos a nivel Gobierno vasco, pero que creo que ha faltado a nivel del Gobierno español. Eso sí es fundamental: transmitir desde la política a la ciudadanía la importancia que tiene la empresa como generadora de riqueza y la banca en concreto como motor de la empresa y de la economía.