Los precios continúan con sus vaivenes, aunque todo parece indicar que tienden a moderarse, a pesar de que continúan a niveles disparados para el bolsillo del ciudadano. El viernes se conoció el dato adelantado del IPC de abril, que se situó en el 4,1% respecto al año pasado, ocho décimas más que en marzo. Este repunte se debe a dos factores principalmente: al ascenso de los carburantes y a que el descenso de los precios de la electricidad ha sido menor.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos explicaron, no obstante, que la inflación general ha repuntado en abril tal y como se esperaba “por el efecto base, al compararse con el mes en el que se introdujo la bonificación a los carburantes y el resto de medidas del decreto del 29 de marzo de 2022”. Destacaron, asimismo, que la tasa del IPC general es “la mitad” de la registrada un año antes.

De hecho, si el pasado mes de marzo el IPC se benefició de la comparación con el mes en que se inició la guerra de Ucrania, cuando se dispararon los precios de la energía, con el nuevo dato ha ocurrido lo contrario, ya que se ve condicionada por la introducción de la bonificación a los carburantes, que se aplicó precisamente entre abril y diciembre del año pasado. Según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de gasolina se sitúa esta semana en los 1,641 euros. En comparación con la primera semana del año, ya sin el descuento de 20 céntimos, la gasolina registra un alza del 3,6%, frente al abaratamiento del 9,6% del diésel, que se sitúa en 1,496 euros, su nivel más bajo desde finales de 2022.

En cuanto a la electricidad, abril ha registrado siete jornadas por encima de los 100 euros el megavatio hora. En lo que va de año, la media se sitúa en 91 euros, menos de la mitad que los 220 euros que se registraron durante el mismo periodo del año anterior, cuando los mercados energéticos ya empezaban a notar los efectos de la invasión rusa de Ucrania. Un dato a valorar es que la inflación subyacente –sin los alimentos no elaborados ni los productos energéticos– ha bajado este mes 9 décimas, hasta el 6,6%. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, valoró este dato como “bueno” y destacó que se sitúa en su en su menor nivel desde noviembre del año pasado.

IPC: el largo camino hacia la normalidad

El episodio inflacionista comenzó en verano de 2021 debido principalmente al aumento de la demanda global de la energía tras la pandemia, pero no alcanzó su tasa máxima, del 10,8%, hasta el mes de julio. Desde entonces, ha iniciado una tendencia a la baja que solo se ha interrumpido levemente en los meses de enero, febrero y, ahora, en abril.

La realidad es que tras 25 meses de subidas de precios por encima del 2%, objetivo del Banco Central Europeo, los expertos económicos aún vaticinan un largo camino por recorrer para volver a tasas normales y sostenidas, que la mayoría de organismos no espera hasta 2025. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos han explicado que la inflación general ha repuntado tal y como se esperaba “por el efecto base, al compararse con el mes en el que se introdujo la bonificación a los carburantes y el resto de medidas del decreto del 29 de marzo de 2022”.

No obstante, han destacado que la tasa del IPC general es “la mitad” de la registrada un año antes, y que “el conjunto de medidas adoptadas el pasado diciembre seguirán contribuyendo a amortiguar la evolución de la inflación”.

En este contexto de contención de la subida de precios, el nuevo cuadro macroeconómico prevé que la demanda interna sea el principal motor de crecimiento durante este año, especialmente el consumo de los hogares, con una previsión de crecimiento estimada del 2,1% sostenida principalmente por la buena evolución del empleo.

Además, la moderación de la inflación permitirá mejorar la competitividad empresarial, que se reflejará en ganancias de cuota de mercado de las exportaciones. El sector exterior mantendrá una contribución ligeramente positiva al crecimiento durante el periodo de previsión, con un avance de las exportaciones del 1,5% este año y el 2,5% en 2024.

Asimismo, la deuda mantendrá su senda de reducción tras la disminución de cinco puntos el pasado año, para absorber el impacto de la crisis sanitaria y situarse por debajo del 110% del PIB en 2024, un año antes de lo previsto.

“Es muy buen dato la tendencia a la baja del precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Esperamos que España entre en una senda de disminución del precio de los alimentos”, subrayó Planas. En el dato adelantado de abril, el Instituto Nacional de Estadística no especifica cuánto se han ralentizado. La última cifra que se conoce es la de marzo, cuando los alimentos y las bebidas no alcohólicas se encarecieron un 16,5%, por encima de los dos dígitos por decimosegundo mes consecutivo. Por su parte, fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos señalaron que la inflación subyacente “baja casi un punto en abril por la ralentización del precio de los alimentos”.

Otro dato que preocupa a los ciudadanos es la evolución del euríbor a doce meses, el indicador más utilizado en el Estado para calcular las cuotas de las hipotecas. Este dato avanza de nuevo en abril y cierra en una tasa media del 3,757%, con lo que encadena dieciséis meses consecutivos de ascensos, lo que supone un alza de 110 puntos básicos. No obstante, el incremento es menos pronunciado que el registrado el mes previo, cuando fue de 113 puntos básicos.

Pocos expertos pensaban a principios de 2022 que el euríbor entrase en terreno positivo y que, además, llegaría a rebasar el 3%. Esta cifra supone que a lo largo del año pasado ha aumentado 3,48 puntos y que se ha situado en niveles no registrados desde 2008. Sin embargo, todo parece que ahora está llegando la calma y los expertos prevén que a partir de ahora no habrá importantes subidas.

El director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro, Simone Colombelli, precisó que en lo que va de año se ha visto un crecimiento del euríbor más atenuado, aunque la previsión es que siga así al menos hasta que alcance el 4%. En relación a si el euríbor podría estar cerca de un periodo de estabilización, explica que lo más probable es que primero el indicador alcance niveles del 4%, un valor que se podría ver ya en los datos diarios de mayo o en la media de junio.

Así, el euríbor vuelve en abril al ritmo de las subidas que se vieron frenadas en marzo, tras la crisis bancaria sufrida en Estados Unidos y Europa, que provocó una fuerte caída del euríbor en tasa diaria y llegó a tocar mínimos del año en el 3,22%. La tasa media este mes alcanza el 3,757%, muy superior al 0,013% que marcó en abril de 2022. Justo ese mes, el indicador marcó su primera tasa diaria en positivo tras seis años por debajo de cero.

De esta manera, las hipotecas variables que tengan que revisarse con el dato de este abril de 2023 volverán a incrementarse. Para una hipoteca de un importe medio de 150.000 euros un plazo de 25 años y un euríbor más un interés del 1 %, la cuota asciende a 855,7 euros mensuales. Respecto a abril de 2022, esto supone un encarecimiento de 289 euros al mes. En el caso de una hipoteca de 300.000 euros, con los mismas condiciones, el incremento será de unos 579 euros mensuales.