Leche y aceite un 31% más caros que hace un año. Huevos, legumbres, verduras y patatas, en torno a un 25%. Y la carne registra un encarecimiento medio superior al 10%. Esa es la huella de escalada de los precios para los hogares vascos, que en estos momentos pagan casi un 18% más que hace doce meses por la cesta básica de la compra. El Instituto Nacional de Estadística ha confirmado esta mañana lo que constatan las familias todos los días en las tiendas y supermercados. La alimentación continúa en una espiral inflacionista inmune a cualquier intento de contenerla. Ni la rebaja del IVA en un buen puñado de productos de primera necesidad ha logrado frenar los precios y, aunque el IPC general está bajando por el menor empuje de la energía, la luz roja sigue encendida en un capítulo tan sensible como los alimentos. 

Llenar el frigorífico, que supone algo más de un 16% del gasto mensual de las familias, es cada día más complicado, porque salvo la leche, los derivados lácteos, el pescado y la carne de ovino, el tronco central de la cesta de la alimentación no levanta el pie del acelerador desde hace más de un año. En algunos casos a causa en gran medida por la invasión de Ucrania, pero la tendencia de encarecimiento general de los precios es anterior. 

El INE amplió el dato del IPC adelantado del Estado a finales de marzo y detalló la evolución por comunidades. La inflación interanual se situó en marzo en el 3,3%, casi la mitad que en febrero (6,0%). Sin embargo, los precios subieron cuatro décimas de un mes a otro, precisamente debido a que el grupo Alimentación y Bebidas Alcohólicas repuntaron un 1,1% el mes pasado. El patrón es muy similar en Euskadi. La inflación anual baja también hasta el 3,3%, si bien lo hace desde el 5,8% registrado en febrero.

Descenso de la Vivienda

De hecho, la CAV, con una subida de seis décimas, es, junto a Asturias, la comunidad en la que más creció el IPC intermensual en marzo. El comportamiento de la alimentación estuvo en línea con el del conjunto del Estado. Sin embargo, otros productos como la ropa y en menor medida la hostelería fueron más inflacionistas. Las familias tienen capacidad para ajustar su gasto en estas dos últimas cuestiones. Todo lo contrario de lo que ocurre con la alimentación o la vivienda. La buena noticia es que, por lo menos, el sostenimiento del hogar está mostrando los últimos meses una cara más amable. Un cambio que está ligado a las medidas tomadas por la Administración para contener los precios de la electricidad y en menor medida a la bajada del gas y el gasóleo para calefacción, destaca el INE.

De modo que el epígrafe de vivienda acumula una caída del 17% en Euskadi en lo que va de año, casi un punto más que en el conjunto del Estado, y es el capítulo del IPC que más repercusión negativa está teniendo en los tres primeros meses. Todo lo contrario que los Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, un frente en el que la tormenta no amaina. La cesta de la compra, contabilizados también los productos no básicos, se encareció en marzo un 1,1% respecto a febrero y un 3,5% respecto a marzo de 2022. En el primer trimestre el avance es todavía más llamativo (15,5%), con un especial protagonismo en todo caso de los productos que forman parte de la dieta diaria de los hogares.

Así, al bajar al detalle de los datos del INE, destaca ese grupo de productos de 14 productos de primera necesidad para la mayoría de los hogares que acumulan un encarecimiento medio del 17,8%.