El esfuerzo de Ihobe, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, en dar a conocer, impulsar y extender la construcción industrializada está profundamente en consonancia con el cambio de rumbo hacia la economía circular por la que se está apostando desde Euskadi. En motivo de su participación en el Foro temático organizado por Grupo Noticias, el pasado 31 de enero en el Gran Hotel Domine Bilbao, hablamos sobre este nuevo modelo con Alexander Boto, director general de Ihobe.

¿Por qué es tan importante que el sector de la construcción incorpore este sistema a sus proyectos? ¿Qué ventajas tiene frente a la convencional?

-Tenemos un problema global de alto consumo de recursos naturales. Se estima que vamos a multiplicar por cuatro nuestro consumo de materias primas para el año 2050. Nuestro modelo de economía lineal termina con mucha cantidad de residuos y genera un gran problema mundialmente. Concretamente, en la parte de construcción se estima que el sector genera el 40% de los residuos de la Tierra; en Euskadi, este dato es del 25%. La construcción industrializada puede jugar un papel muy importante porque este sistema tiene criterios de sostenibilidad y puede reducir hasta un 90% la generación de residuos en todo el proceso de construcción.

¿Hablamos de que es necesario oponer la economía lineal a la economía circular para poder reducir y recuperar los residuos que genera el sector de la construcción?

-Efectivamente, lo que necesitamos es impulsar la economía circular para poder reducir el consumo de recursos materiales y las materias primas que se utilizan en cualquier tipo de construcción, disminuir los residuos y aumentar la reutilización de estos materiales. En este proceso es fundamental el análisis del ciclo de vida, es decir, que se empiece a pensar desde el diseño de la construcción porque hay que tener en cuenta que el 80% de todos los impactos ambientales se configuran en esta fase inicial. En la construcción industrializada, la arquitectura y el diseño cobran mucha importancia y, si en ellas incorporamos los criterios ambientales, podemos reducir más del 80% del impacto ambiental al final del ciclo de vida.

¿Podemos decir que son varias las empresas en Euskadi que se van incorporando a la construcción industrializada?

-Sí, hay varios ejemplos concretos en los que la construcción industrializada se ha hecho realidad. En Hondarribia, Visesa ha construido 65 viviendas de protección oficial con este método sostenible; en Vitoria hay otras 156 viviendas sociales con esta metodología; en Bergara, 17 pabellones de un edificio industrial se han llevado a cabo con este sistema…

Incluso, una guardería en Abadiño se ha construido bajo estos criterios de análisis de ciclo de vida, construcción industrializada sostenible, elementos prefabricados que conlleva el ahorro de tiempo… Si bien es cierto que a corto plazo puede implicar un ligero aumento de los costes, si tenemos una visión global nos daremos cuenta de que supone un ahorro de costes importante. Además, incorpora una serie de ventajas; flexibilidad en el diseño, los procesos se llevan a cabo en el interior de una fábrica y están más controlados y estandarizados, algo fundamental para el medio ambiente. 

Es cierto que cada vez son más las empresas que apuestan por este tipo de sistema pero esta transición está costando mucho y la construcción tradicional sigue siendo la predominante. ¿Por qué cuesta tanto? ¿Hace falta mucha inversión para esa reconversión?

-La reconversión hacia la construcción industrializada es necesaria y se va a dar, pero es un proceso que lleva su tiempo. Es como cuando compramos una bombilla que va a durar un año y nos cuesta 10 euros y la comparamos con otra que cuesta 20 euros pero va a durar 10 años. La idea es incorporar todos los criterios, empezando por el análisis de ciclo de vida de los costes que va a suponer a medio y largo plazo y los costes ambientales. Ahí es donde la construcción industrializada tiene muchos beneficios tanto para el planeta como para las empresas. 

Exactamente, ¿cuál es el papel de Ihobe en esta cadena?

-En Ihobe generamos conocimiento; hemos elaborado junto con Sprilur (una sociedad pública que promueve la regeneración de suelos), con Visesa, con la UPV/EHU y los centros tecnológicos la Guía de Construcción Industrializada Sostenible que nos ayuda a tomar decisiones sobre si es conveniente incorporar a los proyectos de arquitectura soluciones industrializadas. La guía contiene información, fichas técnicas, herramientas de cálculo, ejemplos de buenas prácticas… 

Esta guía nos permite elegir qué tipo de construcción, industrializada, semiindustrializada o convencional, puede ser más adecuada, además de si es más recomendable utilizar el sistema de madera u hormigón… Se trata de una guía muy completa y es de las más descargadas de Ihobe.

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Otro ejemplo es que estamos participando en un proyecto europeo que se llama ICEBERG, donde participan 35 grandes organizaciones de diez países europeos y en la que 6 organizaciones vascas están impulsando soluciones en materia de construcción innovadora. Este proyecto, con una partida de 15 millones de euros entre 2020 y 2025, busca nuevos productos de construcción, incorporar materiales reciclados, soluciones inteligentes de logística inversa, unidades móviles de separación con sensores hiperespectrales… En definitiva, se trata de un proyecto europeo muy innovador con grandes empresas y pymes, 9 centros de innovación, universidades y 6 organizaciones vascas: Tecnalia, Ihobe, Gaiker, Lezama Demoliciones, Serikat y Viuda de Sainz. Es decir, estamos conjugando la colaboración público-privada en un proyecto europeo de primer nivel.