El Gobierno británico expuso ayer un ambicioso “plan de crecimiento” para impulsar la economía y afrontar el aumento en el coste de la vida, sobre todo en la energía, con la mayor bajada de impuestos acometida en este país en 50 años.

En una declaración ante la Cámara de los Comunes , el ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, desgranó el programa que implementará el nuevo Ejecutivo de Liz Truss para incentivar el crecimiento, con medidas fiscales que incluyen el recorte del impuesto sobre la renta a partir de abril de 2023.

Al exponer su visión económica para el Reino Unido, tildada por la oposición laborista de “jugada desesperada”, Kwarteng reveló que se rebajará “el tipo básico del impuesto sobre la renta al 19% en abril de 2023, un año antes (de lo previsto)”.

Ello implicará –explicó– un “recorte fiscal para más de 31 millones de personas en apenas unos meses” y “se abolirá la tasa más elevada del 45 %” de ese impuesto.

“Esto simplificará el sistema fiscal y hará que el Reino Unido sea más competitivo”, afirmó el político tory, al tiempo que remarcó que la medida “incentivará el crecimiento y beneficiará a toda la economía y a todo el país”.

También se prevé una rebaja de la tasa sobre la compra de viviendas (el denominado stamp duty) en Inglaterra e Irlanda del Norte, elevando a 286.000 euros el precio de la vivienda a partir del cual se ha de pagar ese tributo.

En el caso de las personas que adquieran propiedad por primera vez, el umbral se elevará de 343.000 a 487.000 euros, precisó.

El nuevo canciller del Exchequer informó asimismo de que se cancelará el incremento previsto para 2023 del impuesto de sociedades y se erradicará el actual límite a los bonus que perciben los banqueros, esta última, una medida que ha generado controversia.