Laboral Kutxa ha actualizado a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía vasca, que sitúa en un 3,6% para este año, un 2,7% menos de lo que estimó en diciembre, por el efecto de la inflación, en especial la energética, y los problemas derivados de la invasión rusa y la guerra en Ucrania. En el caso de Navarra, la expectativa de crecimiento se rebaja al 3,5%, cuando hace seis meses era del 6,2%. No obstante, pese a la "desaceleración" y al hecho de que las economías europeas "aún no han superado los 'shocks' que han supuesto la pandemia y la guerra", el director de Departamento de Estudios de la entidad financiera, Joseba Madariaga, no cree que se pueda producir una recesión global "salvo que se materialice un escenario de estrés" que, de momento, no ve cercano.

A su juicio, el principal riesgo a corto y medio plazo se sitúa en los efectos de la llamada 'inflación de segunda ronda', una combinación de las consecuencias de la actual subida de precios con el previsible incremento de los salarios tras el verano, que podrían provocar de forma conjunta que "arraigue" el encarecimiento del coste de la vida. En este sentido, ha confiado en que las medidas del Banco Central Europeo puedan contribuir a aminorar el impacto y ha mostrado su esperanza en que la espiral inflacionista dé señales de aflojar en el último trimestre del año. "Nuestra expectativa es que los precios se mantengan elevados, pero que a final de año, en principio, empiecen a bajar las tasas", resumió.

Madariaga y el director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa, Ibon Urgoiti, han presentado en Bilbao el informe de balance correspondiente a 2021 y las estimaciones para el presente año y el que viene. Urgoiti ha señalado que el pasado año estuvo "marcado por la recuperación" tras el impacto causado por la crisis sanitaria, aunque el confinamiento, el cierre de empresas y las restricciones en el sector servicios "han tenido consecuencias no deseadas" para la economía global. 

"El cambio de orientación del patrón de consumo hacia los bienes ha generado de exceso de demanda hacia los bienes que, unido a la asincronía de la pandemia a nivel global, ha tensionado las cadenas de suministro globales y ha derivado en incrementos de los precios, llevando la inflación a tasas desconocidas desde hace varios lustros", ha subrayado Urgoiti en su exposición del balance. Las previsiones de Laboral Kutxa son que los precios crezcan un 7,6% este año en Euskadi y un 2,3% en 2023.

Para el presente ejercicio, Madariaga ha subrayado que la guerra en Ucrania ha supuesto un "vuelco importante" en el panorama económico, con efectos "particularmente dañinos" para las economías europeas por la dependencia energética con Rusia, lo que está incrementando la inflación, "dando al traste con las expectativas" de las previsiones emitidas por la entidad financiera hacia varios meses. Laboral Kutxa ha estimado que el PIB vasco crecerá un 3,6% en 2022 frente al 6,3% de su anterior previsión y un 2,7% en 2023. Además, prevé un crecimiento del empleo del 1% este año y del 0,7% el próximo en Euskadi. Para Navarra, la entidad baraja un crecimiento del 3,5% en este año y del 2,6% en 2023. En el caso del conjunto de España, su previsión es que su economía crecerá un 4% este año y un 3,2% el próximo.

Sin embargo, y pese a que ha confirmado que ya se está dando una "desaceleración" de la economía, ha destacado que existen elementos que "amortiguan" esta ralentización. Entre ellos, la evolución del empleo, la "solidez" del sector privado y las empresas, y el hecho de que la economía española aún se encuentra en una "inercia de crecimiento", ya que su ciclo aún no ha alcanzado la cota máxima de subida que debe por la razón de que la actividadd del turismo aún debe impulsarse más en los próximos meses. 

No obstante, ha asumido que el problema de la inflación ha venido para quedarse, al menos hasta finales de año. "Todos vamos a salir perdiendo con esta subida de precios. La inflación la tenemos que pagar todos y nuestro deseo es que esto se haga repartiendo los costes de forma progresiva", ha indicado. En su opinión, aunque no es descartable que se produzca una recesión, esta posibilidad es "difícil", ya que deberían conjugarse dos elementos "contundentes", como una subida de tipos de interés "muy abrupta" y un corte de gas a Europa por parte de Rusia.