Goirigolzarri apunta a González en el ‘caso Villarejo’

- El presidente de CaixaBank y ex consejero delegado de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que desconocía los detalles de la contratación de empresas de investigación como las del excomisario Villarejo, y apuntó al expresidente Francisco González cómo el único con capacidad de hacerlo. Goirigolzarri declaró como testigo en la Audiencia Nacional, en la causa que investiga la contratación por el BBVA de empresas de José Manuel Villarejo, para hacer frente a una operación del presidente de Sacyr, Luis del Rivero, para hacerse con el control del banco.

Goirigolzarri manifestó que, en mayo de 2005, tres meses después de que finalizara el asalto de Sacyr, su subordinado Ángel Cano, en ese momento director de Recursos Humanos y Servicios, le comentó que habían realizado una contratación para analizar la operación, pero sin darle detalles de a quién se había contratado ni cuáles habían sido sus movimientos y conclusiones.

El directivo relató que se enfadó de forma extrema porque consideró una “enorme deslealtad” que no le hubieran informado de una contratación en torno a una operación tan relevante para el banco, pero no quiso conocer más detalles porque la operación había terminado tres meses atrás y nunca se le pasó por la cabeza que hubiera nada irregular.

Máxime cuando la operación había concluido por no tener ningún sentido económico ni industrial ya que el Banco de España se había opuesto. También señaló que Cano le aseguró que “todo era perfectamente legal”, según las mismas fuentes. Al ser preguntado sobre quién pudo autorizar dicha contratación, Goirigolzarri indicó que “sólo el número uno” tenía la capacidad de hacer algo así, en referencia a Francisco González, imputado en la causa.

También testificó ayer el exdirector de Comunicación de BBVA, Javier Ayuso, que aseguró que a su departamento nunca llegó ningún informe de Villarejo o de Cenyt. Según fuentes jurídicas, Ayuso restó importancia al intento de toma de control del banco por parte de Sacyr, ya que la compañía nunca tuvo más allá de un 3,6% de opciones -no de acciones- del banco, y la operación “estaba muerta desde el principio”.