- La inflación sigue desbocada y se acerca a los dos dígitos. Según confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios subieron en Euskadi un 3% en marzo respecto al mes anterior, elevando la tasa interanual al 9,5%, lo que supone un incremento de más de dos puntos respecto a la registrada en febrero, cuando se situó en el 7,4%. Estas cifras no se habían visto en Euskadi desde 1985. Además, se trata de la mayor variación mensual registrada nunca, que se explica por la guerra de Ucrania, que ha elevado todavía más el precio de la energía.
Según el INE, el sector más inflacionista en marzo fue el de Vivienda, en el que se incluye la electricidad, que alcanzó el 9,7%, seguido de Vestido y Calzado (7%) y Transporte (6,8%), en el que están los combustibles. El precio de la electricidad tocó techo el mes anterior, cuando el día 8 alcanzó los 544,98 euros/MWh, y obligó al Gobierno de Pedro Sánchez a solicitar a la Unión Europea poner límites al precio del gas, determinante en la configuración de la factura.
En cuanto a los carburantes, en marzo registraron cotas nunca vistas y llenar el depósito tanto con gasolina como con diésel superó los 100 euros. El incremento de los precios también se notó en la cesta de la compra, influidos por la guerra de Ucrania pero también por la huelga del transporte.
Tras conocerse los datos, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, explicó que en torno al 70% de la subida de la inflación en el último mes se debe al alza de los precios de la energía y la electricidad, y el resto a la inflación subyacente, “que es más difícil de controlar”. En este sentido, señaló que “si somos capaces de controlar los precios del gas, la electricidad y la materia prima, una gran parte se solucionará”. “Pero no está en nuestra mano, sino en las de Europa, por un lado, por el precio del gas, y por otro en las del Banco Central Europeo, porque son ellos quienes tienen las herramientas para hacer frente a la inflación”, sostuvo.
En el Estado, el INE situó la inflación en marzo en el 9,8%, la tasa más alta desde mayo de 1985, provocada por el encarecimiento de la electricidad en un 107,8% interanual, los combustibles y los alimentos. Este dato se sitúa también 2,2 puntos por encima de la tasa interanual de febrero, que ascendió al 7,6%.
De esos 2,2 puntos de diferencia, la mayor parte la aportó el grupo de la vivienda (0,9 puntos), por la subida de la electricidad; el del transporte (0,7 puntos), por el alza de los carburantes; y el de los alimentos y bebidas no alcohólicas (0,2 puntos), por el incremento del pescado y marisco, legumbres y hortalizas, leche, queso y huevos.
El Gobierno español consideró, al conocerse el dato, que la inflación ha alcanzado unos niveles “inaceptables” y que por ello “trabaja intensamente” en varios frentes, con el objetivo prioritario de que, cuanto antes, empiece a bajar el precio de la energía y, por tanto, el IPC. Así lo indicó la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien recordó que se están tomando medidas decididas a nivel estatal y europeo para rebajar el precio de la electricidad y de los carburantes.
Y es que la electricidad subió un 107,8% en la tasa interanual, aunque sin tener en cuenta las rebajas de impuestos sobre la luz, el incremento sería del 137,9 %, de acuerdo con los cálculos del INE. Junto con la electricidad, las mayores alzas de precios en marzo respecto al mismo mes del año anterior fueron para los combustibles líquidos (83%), otros aceites (46,1%), el gasóleo (45,6%) y la gasolina (33,6%).
Por el contrario, las mayores bajadas de precios interanuales fueron para los peajes y aparcamientos (20,7%), los equipos de telefonía móvil (3,2%), los paquetes turísticos nacionales (2,9%), los juegos y aficiones (1,8 %) y los equipos audiovisuales (1,4%). Respecto a la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), subió 0,4 puntos en marzo y se situó en el 3,4%, la tasa más elevada desde septiembre de 2008.
También reaccionaron a los datos los sindicatos UGT y CCOO, que insistieron en que es fundamental alcanzar un consenso para el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que establezca un escenario plurianual de evolución salarial y compromisos empresariales en materia de moderación de beneficios y mantenimiento del empleo.
Ambos destacaron “la imperiosa necesidad de controlar los precios de los productos energéticos y de primera necesidad” y para ello consideran que las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno “deben ampliarse y en algunos casos revisarse para que resulten más eficaces y su impacto más justo”. Por su parte, USO consideró “necesario” que se incluyan cláusulas de garantía salarial en los convenios, ya que los actuales salarios “no permiten vivir” y deben ser las empresas quienes “arrimen el hombro, las que apuesten por el futuro y actualicen los salarios para reactivar la economía”.
Por el contrario, la CEOE cree “especialmente relevante” que se evite en el Estado un escenario de subidas de precios y de salarios, ya que provocaría efectos de segunda ronda y llevaría a una espiral inflacionista. Asimismo, criticó que el plan de choque aprobado por el Gobierno para hacer frente a las consecuencias de la guerra no se ha concentrado en ayudar a las empresas y sectores más afectados.