- Pese a superar en la última semana un récord que estaba en vigor desde septiembre de 2012, hace más de nueve años, la gasolina en España continúa teniendo un precio más bajo que el registrado en el resto de grandes potencias europeas. En un contexto marcado por la crisis energética que está impulsando a los carburantes a marcar niveles excepcionalmente altos en todo el continente, tanto la gasolina como el gasóleo son más baratos en España que en la media de los 27 socios europeos.
Según los datos difundidos esta semana por el Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), la gasolina se vende actualmente en España a un precio récord de 1,538 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hace a 1,422 euros, su quinto precio más elevado desde que existen registros.
Con estos valores, el precio de la gasolina en España se sitúa un 8,5% por debajo de la media de la UE, que esta semana alcanza un precio de 1,680 euros, y es también un 11,9% inferior al precio medio de los 19 países que forman la eurozona (1,745 euros). Así, España es el decimotercer país europeo con la gasolina más barata, muy por debajo de los valores que se pagan en Italia (1,796 euros), Alemania (1,772 euros), Francia (1,746 euros) o Países Bajos, que con una media de 2,01 euros es el país europeo que actualmente tiene la gasolina más cara. Otros países del sur de Europa como Portugal o Grecia, con unas economías mucho menos robustas que la española, también cuentan con un precio más elevado: 1,758 euros en el caso del primero y 1,824 euros en el país heleno, que cuenta con la cuarta más cara de toda Europa.
Dejando a un lado a Países Bajos, los países nórdicos son los que registran los valores más elevados para este combustible, liderados por Finlandia (1,888 euros), Dinamarca (1,857 euros) y Suecia (1,801 euros). Por el contrario, para encontrar la gasolina más barata de Europa hay que irse al este del continente, donde Bulgaria (1,240 euros), Polonia (1,282 euros) y Rumanía (1,319 euros) ofrecen los precios más económicos.
En el caso del gasóleo o diésel, España se encuentra en una situación aún más favorable que la del resto de vecinos europeos, ya que cuenta con el octavo precio más bajo de todo el continente.
En este sentido, el gasóleo en España tiene un precio un 9,3% inferior el de la media de los 27 socios europeos (1,567 euros), y un 11,5% menor que el precio medio de la eurozona (1,606 euros). En comparación con las grandes potencias europeas, el gasóleo en España también es sustancialmente más económico que el de Países Bajos (1,716 euros), Francia (1,670 euros), Italia (1,667 euros) y Alemania (1,644 euros).
Al igual que pasa con la gasolina, Portugal y Grecia tienen precio más altos que los registrados en España (1,621 y 1,566 euros, respectivamente). Dos países nórdicos como Suecia y Finlandia son los que tienen el gasóleo más caro de la UE (2,035 y 1,811 euros, respectivamente), mientras que Malta, con un precio de 1,210 euros, y Bulgaria (1,267 euros), ofrecen los valores más bajos.
La principal diferencia entre los precios de los carburantes que se registran en cada país europeo corresponde a la carga impositiva, que en el caso de España supone de manera general el 50% del precio final que abona el consumidor, por debajo de la gran mayoría de los países del entorno.
Según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), a grandes rasgos, el precio de la gasolina y el gasóleo se conforma basándose en 3 factores: coste de la materia prima (30-35%), costes de distribución y márgenes (15%) y impuestos (50-55%). Así, en el caso de la gasolina la tasa (IVA e Impuesto de Hidrocarburos) es algo mayor que para el gasóleo, una circunstancia que se compensa con un menor coste en materia prima.
Respecto al coste del crudo, el precio del petróleo Brent, el de referencia en Europa, que cerró ayer por encima de los 91 dólares, unos niveles que no se registraban desde 2014, está impulsando los precios de los carburantes a valores históricamente elevados.
Según los expertos, el precio del petróleo podría seguir escalando a medida que la demanda sigue aumentando y se eliminan paulatinamente las restricciones de movilidad, una situación que chocaría de frente con la escasa oferta actual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios.