- El Índice de Precios Industriales vasco (IPRI) aceleró en diciembre y cerró el año con un crecimiento del 12,7%, a pesar de que el bache de noviembre, durante el inicio de la sexta ola del covid, había generado incertidumbre. Se trata de un repunte récord, el mayor de toda la serie histórica, en comparación eso sí de un año de marcado signo negativos. El dato de diciembre de 2021 da medida del impacto de la pandemia en el sector, pero también de su capacidad de reactivación.

De hecho, la caída mensual media de los productos industriales vascos fue del -3% en 2020, mientras que el año pasado el incremento medio fue del 7,3%. Es decir, se recuperó más del doble del terreno perdido, según los datos hechos públicos ayer por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat.

Es cierto que gran parte del repunte hay que anotárselo a la producción de energía, que creció un 28,4%. Sin embargo, su peso en la economía vasca es más discreto que el de la industria manufacturera, que cerró los cuatro últimos meses del año por encima del 10%

Todo lo contrario que la energía, cuya evolución tuvo la característica forma de dientes de sierra. La industria extractiva, muy residual en Euskadi, se mantuvo en negativo la mayor parte del año, si bien cerró el ejercicio con un crecimiento del 3,9%. El último capítulo del índice, el agua, registró un alza del 1,5% en diciembre.

En cuanto a la clasificación por el destino económico de los bienes fabricados, los intermedios fueron los que tuvieron un mayor efecto tractor en el índice, en concreto un 11,2%. Una evolución que pone de relieve que el conjunto de los sectores, que utilizan los bienes intermedios en sus procesos productivos, despertó definitivamente tras el parón sufrido durante los momentos más duros de la crisis sanitaria, con el confinamiento como principal exponente. La energía también es protagonista destacado de la tabla que recoge la evolución por destino económico de los bienes, con un repunte de casi el 36% en diciembre.

El IPRI recoge los precios en el primer paso de comercialización, sin incluir los impuestos. Por ello es un termómetro sectorial utilizado para la revisión de los precios de las contrataciones de pedidos del sector y su ajuste a la redistribución de las ventas. Hoy se conocerá el dato del Estado español y podrá compararse la evolución de Euskadi con la del resto de comunidades. Los precios de las fábricas vascas crecían casi siete puntos más que los del Estado hasta el mes de noviembre y el rango ha sido similar durante todo el año. Lo mismo ha ocurrido con otra de las grandes referencias de la actividad en el sector: el Índice de Producción Industrial (IPI). El dato de cierre de año se conocerá en la primera semana de febrero, pero hasta noviembre Euskadi, según la encuesta del Instituto Nacional de Estadística, la industria vasca había aumentado su producción un 9,9%. Lo que supone dos puntos y medio más que la media del Estado, que es el diferencial más alto de todo el año.

En cuanto a las carteras de pedidos, también con la referencia del INE, las fabricas de Euskadi aumentaron un 18,3% su contratación entre enero y noviembre. En ese momento ya había recuperado toda la caída sufrida en el año 2020 (-16,8%) y, salvo sorpresa mayúscula, diciembre confirmará que también en ese frente se ha absorbido el brutal impacto inicial del coronavirus en el tejido industrial vasco. Son cuestiones que apuntalan la base de la recuperación económica.