- El sector de la automoción vive momentos convulsos. Una tormenta perfecta en la que se unen las tensiones en la cadena de suministro, la restricciones de movilidad y capacidad de gasto generadas por el covid y la transición hacia un futuro eléctrico, que genera incertidumbre en los compradores. Es la primera variable la que más preocupa en el plazo inmediato a las empresas y dos de los principales fabricantes vascos de componentes de automoción han tomado la decisión de reactivar los expedientes de regulación de empleo aprobados el año pasado y volver realizar un ajuste temporal de empleo en el arranque de este curso.
Se trata de Gestamp y CIE Automotive, con sede en Bizkaia pero con una gran proyección exterior y que sirven de botón de muestra de la evolución general del sector vasco. En este sentido, el comité de empresa de la planta de Gestamp en Abadiño da casi “por seguro” que este mismo mes se empezará a aplicar el ERTE que está planteado desde el pasado 13 de enero para toda la plantilla.
Fuentes de LAB recordaron ayer en declaraciones a Europa Press que el ERTE se aprobó con acuerdo de la mayoría del sindicato -11 LAB, 3 UGT y 1 ELA-y únicamente los representantes de CGT no lo respaldaron. Así, explicaron que viene motivado por el problema de suministro de semiconductores que afecta a los fabricantes de coches y que, por tanto, acaba teniendo impacto en Gestamp, ya que son sus clientes.
En concreto, las mismas fuentes han precisado que alrededor de un 70% de la facturación de Gestamp es por su trabajo para Mercedes-Benz y otro 25% para otros fabricantes como Volkswagen, de manera que se trabaja “al ritmo que marcan los clientes”. “Cuando paran, se para en seco y cuando empiezan a trabajar, trabajamos a tope”, señalaron.
¿Qué necesita el sector para remontar vuelo? Pues, además de estabilidad en las cadenas de proveedores, el estímulo de los fondos Next Generation de la UE, que sigue siendo el maná esperado. De hecho, el secretario general de Industria y Pyme del Gobierno central, Raúl Blanco, se reunió ayer con una treintena de responsables de empresas del sector vasco de la automoción para explicarles las bases de las ayudas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del vehículo eléctrico y conectado.
El encuentro fue promovido por la Delegación del Gobierno en el País Vasco y en él también tomó parte el delegado del Gobierno, Denis Itxaso. Ambos visitaron antes la planta de Mercedes en la capital alavesa.
En la reunión, Blanco detalló las novedades relacionadas con estos PERTE, que contemplan conceder un presupuesto máximo de 2.974 millones de euros, de los que 1.425 millones se formalizarán como préstamo y 1.550 como subvenciones, con la intención de movilizar una inversión privada de 11.900 millones.
Estas ayudas se complementarán con las de otros programas hasta llegar a un máximo de 4.300 millones. Así, se prevé una inversión total de 24.000 millones de euros, entre financiación pública y privada, en el periodo 2021-2023 con el fin de crear “el ecosistema necesario para que se pueda fabricar y desarrollar de manera integral el vehículo eléctrico y conectado en España”.
“El Gobierno ha cumplido su compromiso. Esperamos que estas ayudas favorezcan la atracción de inversiones a nuestro país y refuercen el ecosistema de automoción español con el desarrollo de nuevas actividades”, defendió Blanco, quien subrayó que el País Vasco se puede aprovechar de esta situación, por lo que animó a sus empresas a presentar proyectos relacionados con este PERTE.
El encuentro de ayer es el primero del ciclo con el que la Delegación del Gobierno pretende dar a conocer al conjunto de la industria vasca los detalles de estas convocatorias.