- El número de accidentes laborales con baja en los primeros once meses del año es de 33.780, lo que supone casi 5.000 siniestros más, un 17%, en relación al periodo enero-noviembre del pasado año. El bajón por el parón económico de los primeros meses de pandemia queda atrás y Euskadi se aproxima de nuevo a un nivel similar al de 2019, cuando se registraban por estas fechas 35.933 accidentes de trabajo, y supera ya las cifras de 2018.

Según datos de Osalan, los accidentes en jornada entre enero y noviembre ascendieron a 29.091, lo que supone un incremento de casi el 18%, y los contabilizados initinere (en el trayecto de casa al trabajo y viceversa) a 3.277 (+11,6%). Por su parte, las recaidas que conllevaron baja fueron 1.412 (+16,6%).

Del total de accidentes en jornada de trabajo, 28.892 fueron leves, 172 graves y 27 mortales. Los siniestros in itinere de carácter leve fueron 3.250 (+11,8%), hubo 24 graves (por 26 en 2020) y tres fallecidos.

Por territorios, la siniestralidad creció un 23% en Álava, con 5.407 accidentes en jornada de trabajo; un 18% en Bizkaia, tras apuntar 14.639 siniestros, y un 15% en Gipuzkoa, al sumar 9.045 percances. El sector con más siniestros en jornada de trabajo fue servicios, seguido de la industria (9.201 siniestros), construcción (3.506 accidentados) y sector primario (541 bajas).

De esta forma, el sector con mayor siniestralidad laboral fue la construcción (62 bajas por cada mil ocupados), seguido de la agricultura, ganadería y pesca (56,3 bajas por cada mil ocupados), industria (56,2 bajas) y servicios (22,7 bajas por cada mil trabajadores). Aunque el sector terciario aglutina la mayor parte de los siniestros al concentrar también el mayor número de trabajadores la tasa es sensiblemente más baja que en el resto.

Por otra parte, Euskadi contabilizó en el periodo enero-noviembre 1.232 enfermedades profesionales nuevas que causaron baja laboral, lo que representa un ascenso del 9% con respecto a las contabilizadas en 2020. Los casos de enfermedades profesionales que no provocaron baja se elevaron a 1.270, un 17,7% más que las 1.079 enfermedades sin ausencia laboral contabilizadas entre enero y noviembre de 2020.

De esta forma los accidentes de trabajo vuelven a crecer con fuerza y se confirma que la tendencia a la baja del año pasado se debió a la menor actividad en los meses siguientes al estallido de la pandemia de covid. Esa parada generalizada de muchas actividades sobre todo en la segunda mitad de marzo y en abril permitió a las estadísticas de siniestralidad tomarse un respiro en 2020, con una baja en el número de accidentes totales al cabo del año del 20%. También continuó la tendencia a la baja de los accidentes mortales tras la bajada producida ya en 2019 después de un 2018 mucho más trágico de lo normal (34 fallecimientos según los datos de Osalan).

La mortalidad ha crecido también con fuerza este año, en concreto un 25% al contabilizarse hasta noviembre 30 fallecidos por los 24 del pasado año. 2021 va camino de esta forma de convertirse en uno de los peores ejercicios de los últimos años en este apartado, y de hecho hay que sumar a esta treintena al menos uno más ocurrido en diciembre, en concreto este sábado en Zumaia. La víctima, de 45 años, perdió la vida tras precipitarse mientras estaba realizando labores de reforma y limpieza en un tejado de un pabellón industrial de la localidad guipuzcoana.

Curiosamente, a finales de noviembre un trabajador murió en Portugalete en circunstancias muy similares. Un operario, también de 45 años, se precipitó desde una altura de 20 metros en un edificio de la localidad vizcaína y falleció en el acto, también mientras realizaba labores de mantenimiento.

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Los accidentes laborales mortales ascienden este año a 30 en el periodo enero-noviembre, según datos de Osalan, lo que suponen 6 más que en el mismo periodo de 2020. A esta treintena habría que sumar eso sí al menos un accidente mortal más ocurrido este sábado en Zumaia, en el que un operario cayó desde un tejado de un pabellón industrial perdiendo la vida en el acto.