“Michelin está convencido de que mañana todo será, todo debe ser, sostenible”. Así se pronunciaba a finales del año pasado Scott Clark, director de la línea de negocio Automóvil, Motorsport, de la Línea de negocio Experiencias y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo Michelin, en la presentación de la gama de neumáticos e-Primacy, la más verde del fabricante galo. En esta línea, la multinacional francesa, que tiene en Gasteiz su principal planta en la Península, presentó ayer en el centro mundial de Investigación y Desarrollo del Grupo en Clermont-Ferrand los retos asociados a los neumáticos 100% sostenibles. Cinco son los ejes de trabajo que plantea Michelin en torno a las fases de vida de los neumáticos: el diseño, la fabricación, la logística, la utilización y el fin de vida y reciclaje.

Respecto al diseño, el objetivo es que para 2030 los neumáticos se fabriquen con un 40% de materiales reciclados, porcentaje que deberá ascender al 100% en 2050. Durante el proceso de fabricación, el reto es que para 2050 las plantas de producción de la multinacional alcancen un balance neutro de emisiones de CO2, un impacto cero en la disponibilidad de agua para las comunidades en las que opera el Grupo y eliminación total de los disolventes utilizados en la fabricación de neumáticos.

En el ámbito de la logística, Michelin quiere reducir el transporte, llevarlo a cabo de manera más eficiente y desarrollar modos de transporte alternativos. Para ello, aspira a reducir las emisiones de CO2 derivadas de la logística en un 15% para 2030 en relación a 2018. Asimismo, está desarrollando gradualmente medios de transporte alternativos, como vehículos eléctricos de batería e hidrógeno y mercantes con propulsión a vela. Por ejemplo, subraya Michelin, la multinacional ha anunciado una primera asociación con Neoline, un armador que opera ese tipo de buques para el transporte sin emisiones de carbono en la ruta Halifax-Saint Nazaire.

Respecto a la utilización, que representa entre el 75% y el 90% del impacto medioambiental del neumático, la línea de trabajo ahonda en reducir la resistencia a la rodadura, progresar en prestaciones duraderas, disminución de la partículas de desgaste y el desarrollo de neumáticos conectados.

Al abordar el fin de vida del neumático y su reciclaje, el objetivo de Michelin es transformarlos en materias primas que se introducirán de nuevo en el proceso de producción de neumáticos nuevos y otros productos. Michelin y Bridgestone anunciaron la semana pasada su compromiso para desarrollar el ecosistema de reciclaje de los neumáticos al final de su vida útil y promover la economía circular en la industria del caucho.