uskadi ha logrado una posición de privilegio en el nuevo capítulo abierto en la carrera hacia la movilidad sostenible. Una de sus empresas de referencia como es Aernnova participa en el proyecto de fabricación de un avión eléctrico de la mano de la firma sueca Heart Aerospace y del multimillonario Bill Gates. Un modelo revolucionario con cero emisiones que estará listo para uso comercial en 2026. El ecosistema empresarial vasco da así un paso natural después de haber tenido un papel protagonista también en proyectos anteriores para impulsar el transporte verde como el coche o el autobús eléctrico.
La lucha contra el cambio climático ofrece ya oportunidades a las empresas y desde las instituciones vascas se tiene claro que la economía verde va a ser un pilar fundamental de la actividad y el empleo en el medio plazo.
No solo en el área del transporte, también en todo lo que tiene que ver con la generación de energías limpias. Los precios de récord que viene marcando la electricidad estos últimos meses han avivado el debate sobre la necesidad de impulsar y abaratar con inmediatez las nuevas tecnologías menos contaminantes. El Gobierno Vasco se marca un objetivo claro en ese proceso, y así lo ha transmitido a Madrid y a Europa dentro del paquete de propuestas ante la crisis de precios energéticos: hacen falta más parques fotovoltaicos y, sobre todo, eólicos.
Evidentemente la movilidad tiene un gran protagonismo en esa lucha contra las emisiones contaminantes. Mucho ha llovido desde que se empezaron a ver por las carreteras los primeros coches eléctricos, una iniciativa que abrazaron las instituciones desde el primer momento pero que, más de una década después, necesita un empujón para terminar de cumplir las expectativas. El coche eléctrico es protagonista de uno de los principales proyectos a nivel industrial que apadrinan los gobiernos vasco y español a través de los fondos procedentes de la Unión Europea. El Ejecutivo de Sánchez califica de hecho de “emblemático” el Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica) para impulsar el coche eléctrico, que a priori está llamado a ser una de las piezas clave en la recuperación económica. Gobiernos autonómicos y fabricantes aguardan con expectación estos fondos, que rondarían los 3.000 millones entre subvenciones y préstamos y que se esperan antes de que acabe el año.
El Gobierno Vasco tiene claro que Euskadi debe estar muy presente en esa vuelta de tuerca a la que está abocada la automoción, y cuenta con los fondos Next Generation para dar un salto en la transformación del sector. La automoción vasca, más allá del peso de Mercedes Vitoria, presenta una red de 300 empresas altamente innovadora y que cubre cerca de la mitad de todos los componentes a nivel estatal pero que necesita culminar esa transición hacia la movilidad sostenible.
Irizar es otro engranaje esencial dentro del sector vasco de automoción. La cooperativa guipuzcoana, con 130 años de historia, ha hecho su propio camino y puede decirse que cuenta con label en el ámbito de la movilidad eficiente. Ya en 2014 presentó su primer autobús urbano 100% eléctrico, desarrollado completamente con tecnología propia y que puso en marcha en varias ciudades europeas.
La cooperativa vasca sigue dando pasos y a comienzos de este año ha lanzado su primer bus autónomo con cero emisiones. Es un proyecto pionero en Europa que alienta lo que puede ser una nueva revolución en el transporte urbano. Irizar ha puesto a rodar por las calles de Málaga, dentro del tráfico normal, un autobús eléctrico y no contaminante, sin necesidad de conductor (con matices, ya que el chófer sí debe estar pendiente de ciertas tareas) y con capacidad para más de 60 pasajeros.
Además, Irizar acaba de presentar en una feria en Lyon un innovador camión eléctrico de alta eficiencia, concebido para entornos urbanos sobre todo por su baja contaminación acústica. Cuenta con un consumo energético inferior en un 75% al de un camión normal y bajas tasas de emisiones sonoras, contaminantes y de CO2, según ha explicado la firma guipuzcoana.
Otra referencia en el mundo del transporte es CAF. Con sede en Beasain, el histórico fabricante de ferrocarriles, asentado ya a nivel internacional en el suministro de unidades eléctricas, está inmerso ahora en el salto al tren de hidrógeno.
Se trata de un proyecto junto a otra decena de empresas de varios países europeos (también están presentes Renfe y Adif) que aspira a transformar una locomotora de Cercanías Civia en un tren de hidrógeno. Se sustituye así un sistema contaminante como son los motores diésel por otro más limpio como es el hidrógeno, que emite vapor de agua. La iniciativa se ubica en la planta de CAF en Zaragoza y, en concreto será a mediados del año que viene cuando se culmine la instalación de la nueva tecnología y cuando se pueda comprobar, sobre el terreno, su viabilidad.
Y es que el hidrógeno está llamado a jugar un papel importante en la transición energética. Ahí Euskadi ha lanzado también su propio plan de futuro. “El hidrógeno es un elemento imprescindible para la transición energética y la lucha contra el cambio climático, Euskadi puede y debe formar parte”, señaló la consejera Arantxa Tapia en la presentación del Corredor Vasco del Hidrógeno. Un proyecto ambicioso que nace de la iniciativa de Petronor y Repsol pero que aglutina a las principales instituciones públicas, centros tecnológicos y más de medio centenar de empresas. El objetivo, con una inversión de 1.300 millones hasta 2026, es avanzar en la descarbonización de los principales sectores, entre ellos el transporte, en el viaje hacia una industria y una economía verdes.
La transformación llega también al transporte aéreo. Así, esta misma semana la empresa alavesa Aernnova ha dado a conocer que está implicada en el proyecto de fabricación de un avión eléctrico. En concreto corresponden a Aernnova el diseño del ala, el fuselaje y el empenaje (los estabilizadores de la cola) de este modelo ES-19. Está diseñado para rutas regionales cortas (el primer modelo está concebido para un máximo de 400 kilómetros) y tiene una capacidad de 19 pasajeros.
Aernnova, con sede en Berantevilla, confirma así su condición de firma referente en el sector al ser seleccionada para un proyecto de estas características. El avión eléctrico nace bajo el paraguas de la firma sueca Heart Aerospace y del propio ejecutivo del país escandinavo, pero es que detrás está un grupo inversor liderado por Bill Gates, fundador entre otras de Microsoft. El anuncio de la participación en el ES-19 genera ilusión en Berantevilla, y en cierta forma da tranquilidad en lo relativo el empleo. El proyecto de Bill Gates lleva años cocinándose a fuego lento y los plazos que se manejan son amplios, ya que está previsto que el avión eléctrico haga su primer vuelo comercial en 2026. Sus impulsores tienen claro que, más allá de las fechas de despegue, tienen entre manos el futuro de la movilidad aérea.
Perte del coche eléctrico. Hay consenso entre los gobiernos en que hace falta un impulso al coche eléctrico, sobre todo ayudando a los fabricantes de componentes a adaptarse al nuevo escenario. El Gobierno español ha programado un Perte con fondos europeos (hasta 3.000 millones), en el que Euskadi busca tener un papel protagonista.
El autobús autónomo. Irizar ha presentado un autobús autónomo, es decir, no requiere de un conductor, y con cero emisiones. La iniciativa se puso en marcha en febrero en Málaga y, aunque aun requiere de importantes avances técnicos y legales, es un hito en movilidad verde. Irizar ha presentado además un camión silencioso para áreas urbanas.
El tren de hidrógeno. CAF participa, junto a Renfe, Adif y otras empresas europeas, en un proyecto para transformar una locomotora diésel contaminante en un sistema de hidrógeno que solo emite vapor de agua. Las pruebas definitivas se realizarán a mediados de 2022.
El avión eléctrico. Aernnova ha anunciado esta semana que participará en el diseño y fabricación del ala, fuselaje y estabilizadores de la cola del futuro avión eléctrico que volará en 2026 bajo el paraguas de la sueca Heart Aerospace y con el impulso económico de Bill Gates.
400
El primer modelo de avión eléctrico podrá cubrir una distancia máxima de 400 kilómetros.