Los precios siguen imparables y el IPC escala ya en el Estado español hasta el 5,5%, un nivel inédito desde 1992. El salto en octubre es de punto y medio, lo que amenaza con dejar cortas las previsiones para la recta final del año. Euskadi se está moviendo en valores muy similares a los del resto del Estado por lo que se espera que la subida media en octubre sea también de récord. La energía vuelve a ser una de las claves de la elevada inflación pero también influye el coste de los carburantes y del transporte, que encarece las importaciones.

Así, el Índice de Precios de Consumo marca en octubre su máximo en casi 30 años, según los datos históricos del INE, y consolida una dinámica muy negativa para las rentas familiares. Se espera que la tendencia inflacionista se mantenga en los próximos meses, aunque no se contaba con unos niveles tan altos en octubre. Funcas, la fundación de las cajas de ahorro, esperaba alcanzar el escalón del 5% en noviembre, cifra ya superada, para a partir de enero comenzar un progresivo descenso. La patronal CEOE estima que ya en la parte final de este año los precios darán un respiro, aunque el dato de octubre siembra dudas a este respecto.

El avance que ofrece el INE a estas alturas del mes no está desglosado por áreas de productos y servicios, más allá de reflejar una continuidad en el avance de los precios de los alimentos y de la electricidad. Así, la inflación subyacente (sin alimentos ni energía) registra un incremento mucho más moderado que la media, del 1,4%, es decir cuatro puntos menos. El propio INE destaca esa diferencia entre el IPC subyacente y el IPC real, remarcando que no había una brecha tan amplia desde los años ochenta, un periodo especialmente inflacionista en España.

La luz, en máximos

De esta forma, la fuerte subida de precios de octubre está relacionada principalmente con el encarecimiento de la electricidad, que marca este mes sus precios más altos de la historia. La luz se viene manejando casi todo el mes por encima de los 200 euros el megavatio por hora, con una media en lo que va de mes de casi 208 euros el megavatio.

Además, los carburantes se mantienen en máximos en siete años (el litro de gasolina 95 está en España en 1,48 euros) mientras que el gas multiplica por seis los niveles de hace un año. Todo esto ha disparado los gastos mensuales de los hogares y también el coste del transporte, lo que a su vez hace que el movimiento de mercancías sea más caro, incluidos muchos artículos básicos de la cesta de la compra.

Será a comienzos de noviembre cuando el INE ratifique ese 5,5% de inflación de octubre y dé a conocer también la cifra del mes para las comunidades autónomas. Euskadi marcó una inflación superior al 5% en julio de 2008, justo antes de la crisis económica, y por lo demás no hay en la serie histórica vasca que arranca en 2002 valores que puedan ni siquiera acercarse a este último dato de octubre a nivel estatal. Todo apunta a que los precios marcarán en Euskadi también el máximo de las últimas tres décadas (en septiembre, con el 3,9%, se marcó el valor más alto desde 2008).

Más allá de las estadísticas, los precios empiezan a ahogar las economías domésticas, muchas ya perjudicadas a nivel de renta por la crisis del covid y, en otros casos, por el bloqueo de los convenios y la congelación salarial. Los convenios firmados en Euskadi en lo que va de año recogen una subida del 1,27%, según el CRL, que es más baja en el caso de los acuerdos firmados en años anteriores con efectos en 2021. Este incremento medio apenas cubre una quinta parte de la inflación, y a eso hay que sumar otros 350.000 trabajadores vascos con su convenio pendiente de renovar y por tanto con su sueldo congelado.

Pierden también poder de compra los empleados públicos, con un alza en 2021 del 0,9% y previsiblemente del 2% en 2022.