- El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, mantiene las previsiones de crecimiento de PIB para este año en el 6,7% y en el 6,4% para 2022, teniendo en cuenta el cuadro macroeconómico del segundo trimestre de este año que usará para elaborar las cuentas públicas y que las previsiones están “sujetas a contingencias difícilmente predecibles”.

En el pleno de control del parlamento Vasco, Azpiazu ha rechazado las acusaciones de PP+Cs de que “no existe ninguna congruencia entre el cuadro macroeconómico de las directrices presupuestarias aprobado por el Gobierno el 8 de junio, y el recientemente presentado tras conocer el informe definitivo del segundo trimestre de la economía vasca” para explicar que, por el contrario, “ambos reflejan la situación de la economía y las previsiones en el momento en el que fueron presentados, y como es lógico, el que se utilizará para la elaboración del presupuesto del Gobierno Vasco para el año 2022 será el del segundo trimestre, que es el último disponible”.

Azpiazu ha indicado que este último informe “refleja la mejora experimentada por la economía vasca en los últimos meses con un incremento del PIB interanual del 18,6%, y con todos los sectores principales de la economía vasca creciendo intensamente en sus cifras de valor añadido”. Según ha explicado, el crecimiento esperado para el presente año se mantiene en la misma cifra que se dio con los datos del primer trimestre, un crecimiento en términos reales del 6,7% del PIB y del 6,4% para 2022. “Es cierto también que, como siempre, y más en estos momentos de especial zozobra económica, las previsiones están sujetas a contingencias, que son a todas luces difícilmente predecibles: evolución de la pandemia, tensiones inflacionistas, suministro de materias primas, precio de la energía y un largo etcétera”, añadió.

Asimismo, el consejero subrayó que las directrices económicas “ponen el foco en aprovechar al máximo la ventana de oportunidad” que ofrece la llegada de los fondos de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y la “relajación” de las reglas fiscales, para aprobar un presupuesto “expansivo”, “consolidar la salida de la crisis y reparar los impactos de la pandemia en las estructuras sociales e institucionales”, así como lanzar un “ambicioso plan de inversiones”.