- Nuevo capítulo de la pugna por el control del IMQ. El fondo de pensiones de la compañía celebra esta mañana la junta de accionistas más importante de su historia con el trasfondo de la propuesta de compra de acciones de Adeslas y la acción de oro que permite al Montepío vetar la operación. La EPSV se ha convertido en el único obstáculo para que se lleve a cabo la hoja de ruta que apoya el consejo del Igualatorio y la mayoría de los accionistas. Parece inevitable el choque de trenes, pero el Gobierno Vasco envió el jueves una carta en las que “exhorta a ambas partes a sentarse a dialogar, negociar el futuro del Montepío y evitar aspectos paralelos ajenos a la Previsión Social Voluntaria”.

En este sentido, la dirección de Política Financiera se ofrece “a mediar entre las partes” y a facilitar unos encuentros que considera “inaplazables”. La dirección del IMQ quiere situar a la presidenta de la Sociedad, Beatriz Astigarraga, al frente del Montepío, y sustituir a Txema Castaños. De este modo, tendría en su mano la llave de la venta a Adeslas.

Tras avalar el blindaje por parte del fondo de pensiones, Lakua recuerda a ambas partes que la actividad del Montepío “tiene como máximos objetivos el bienestar de sus socios, la defensa de sus derechos y el devenir futuro de la EPSV, procurando una existencia saneada, solvente y duradera de sus coberturas”. Por ello, Lakua señala el diálogo y la renovación del acuerdo de aportaciones como camino para resolver el conflicto.