- La crisis derivada de la pandemia del coronavirus, unido a las fusiones y los intentos de la banca por mejorar su rentabilidad en un entorno de tipos históricamente bajos, ha llevado a las entidades financieras a plantear despidos colectivos que previsiblemente afectarán a más de 18.000 empleados.
La mayor parte saldrá de CaixaBank, que ayer anunció su plan de bajas voluntarias. Además, el BBVA acaba de empezar a negociar con los representantes de los trabajadores un despido colectivo que algunos analistas calculan que podría afectar al menos al 10% de sus trabajadores en España, lo que supondría el recorte de unos 3.000 puestos.
De confirmarse esta cifra, solo CaixaBank y el BBVA estarían suprimiendo casi 11.300 puestos de trabajo este año de su red y sus servicios centrales en España, a los que habría que sumar unas 1.500 salidas tras la fusión de Unicaja Banco y Liberbank.
Es decir, los recortes de plantilla irían ya por los 12.800 y alcanzarían los 18.175 trabajadores si se tienen en cuenta los más de 3.500 empleados que se verán afectados por el ERE acordado a finales del pasado año por el Banco Santander y los sindicatos, y los 1.875 del ajuste previsto por el Banco Sabadell.
A pesar de estas cifras, la patronal bancaria avisó ayer de que hay margen para llevar a cabo más ajustes, pues España sigue siendo de los países con más sucursales por habitantes. El sector está haciendo frente a un cambio tecnológico, con un menor uso del efectivo y de un mayor uso de canales electrónicos, por lo que los bancos afrontan un proceso de racionalización de sus estructuras, explicó en rueda de prensa el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.