- Sidenor anunció ayer su decisión de levantar a partir del 26 de diciembre el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que mantenía para 1.500 trabajadores, con duración hasta el próximo 31 de marzo, debido a la existencia de un absentismo del 15% en la empresa y a sus previsiones “contrastadas” de carga de trabajo para el primer trimestre del año, según una comunicación interna a la plantilla, a la que ha tenido acceso este diario.
A pesar de que la compañía llamó la atención sobre el absentismo, es la entrada de nuevos pedidos la causa principal de que se anule el ERTE tres meses antes de lo inicialmente previsto.
La compañía puso en marcha una regulación de empleo, con fecha 1 de octubre, ante el “deterioro” de su carga de trabajo debido a la situación de pandemia. Con esta decisión trataba, según recuerda en esa comunicación, de contar con mecanismos de flexibilidad que les permitiesen “la toma de decisiones de manera ágil, organizada y acorde a las necesidades productivas del momento”.
En principio, esta medida estaba vigente hasta el 31 de marzo de 2021, si bien la empresa señala que, con un absentismo en torno al 15%, y unas previsiones “contrastadas” de carga de trabajo para el primer trimestre de 2021 en sus plantas productivas, “en las circunstancias actuales, no es posible gestionar el nivel de actividad y la plantilla necesaria”.
Por ello, ha decidido desistir de la aplicación de esta medida a partir del 26 de diciembre, una decisión que afecta al conjunto de los centros de trabajo afectados y a la totalidad de los trabajadores incluidos en el ERTE (1.500).
Precisamente también ayer se conoció que la siderúrgica vasca ha dado un nuevo paso en la digitalización de procesos, con la monitorización y el control a nivel de planta de sus instalaciones para optimizar el funcionamiento de las fábricas en el sector del acero. Lo ha hecho de la mano del centro tecnológico Tecnalia y la empresa Mondragon Sistemas (MSI), con la creación de un gemelo digital del proceso siderúrgico.
El gemelo digital busca reducir el número de defectos superficiales en el producto final de aceros microaleados. Mediante esa mejora, se garantiza un buen desempeño de los procesos de fabricación relacionados con la aparición de defectos en los subprocesos de metalurgia secundaria, colada continua y laminación en caliente.