- La segunda ola de contagios por coronavirus que ha registrado Euskadi ha tenido un efecto perverso sobre la economía vasca en octubre, mes en el que han caído los principales indicadores que analiza el Termómetro Económico del Gobierno Vasco. Este parón también se ha reflejado entre el empresariado de la CAV, cuyo índice de confianza respecto al primer trimestre del próximo año mantiene “una visión pesimista”, según indica un informe elaborado por Laboral Kutxa.

El análisis que realiza el Gobierno Vasco de la quince variables que tienen mayor correlación con el PIB de Euskadi, y que hizo público ayer, apunta a una involución después de cinco meses consecutivos de crecimientos. Según este termómetro, la economía vasca se sitúa con una puntuación del 40,9 en una escala cuyo máximo son 150 puntos y se encuentra, por tanto, en la zona de retroceso.

El Termómetro Económico atribuye este retroceso a las consecuencias que ha provocado la segunda ola de contagios de covid-19, que obligaron a incrementar el número de restricciones. Un descenso de afiliaciones a la Seguridad Social y el empeoramiento de la actividad turística son las principales razones que aduce el Ejecutivo vasco para explicar una evolución a la baja.

Entre las caídas más notorias menciona los viajes en avión, que descendieron un nada desdeñable 75,7% y las pernoctaciones en hoteles que retrocedieron un 63,3%, ambas relacionadas con las limitaciones a la movilidad de la ciudadanía. Pero el empeoramiento no afecta tan solo al turismo, dado que la venta de viviendas también cae un 33% mientras que las nuevas contrataciones se contraen en un porcentaje similar.

Esta evolución a la baja frustra la senda de crecimiento que la economía vasca inició en mayo. En abril la puntuación cayó drásticamente para alcanzar los 27,5 puntos, muy lejos de los más de 100 puntos que la economía de la CAV marcaba antes de la crisis sanitaria, cuando se encontraba en la zona de crecimiento sólido.

Un mes después, en mayo, la puntuación creció a los 29,4 y en los posteriores los números fueron a más de manera progresiva, con 31,5 en junio, 33,9 puntos en julio, 35,5 en agosto y 41,6 puntos en septiembre. Octubre echa el freno a este ascenso y devuelve a Euskadi a la zona de retroceso.

De las caídas generalizadas tan solo se salva la producción industrial y las exportaciones que, al contrario que el resto de variables, experimentan cierta mejoría.

El revés experimentado por la evolución de la economía vasca en octubre tiene también un reflejo en la confianza empresarial de la CAV, que mantiene su “visión pesimista” sobre el comportamiento de la actividad en el primer semestre del próximo año, según concluye el informe sobre el Índice de Confianza Empresarial que periódicamente publica Laboral Kutxa.

El informe dado a conocer ayer muestra un leve incremento de seis décimas de esta confianza empresarial en comparación con el segundo trimestre del año, pero muy lejos de poder ser considerada un elemento de mejora. El actual índice se sitúa en 31,4 puntos y la entidad financiera vasca advierte de que por debajo de 50 se considera una situación de contracción o recesión, tal y como mostraba el Termómetro Económico del Gobierno Vasco.

A grandes rasgos, Laboral Kutxa advierte de que “persiste la visión pesimista” del tejido empresarial vasco al constatar que sus expectativas para los tres primeros meses de 2021 “siguen mostrando un resultado negativo”. La entidad financiera vasca explica que estas previsiones se encuentran muy condicionadas por las consecuencias de la pandemia de coronavirus.

En este sentido, coincide con el Gobierno Vasco al constatar que el rebrote de los contagios por covid-19 han situado a la actividad económica en un escenario “pleno de incertidumbres y dificultades” que tienen un reflejo directo en las expectativas del empresariado de la CAV, que se muestra negativo en las principales variables por las que ha sido encuestado.

Entre otras cuestiones, el Índice de Confianza Empresarial muestra que el 71% de los propietarios de negocios considera que el entorno económico empeorará el primer trimestre del próximo ejercicio, mientras que la mitad de ellos cree que su facturación será inferior a la registrada con anterioridad a la crisis sanitaria.

En un porcentaje con escasas variaciones, alrededor del 50%, se sitúan quienes creen que su actividad empeorará, que los pedidos disminuirán y que su rentabilidad experimentará descensos en el periodo que contempla enero, febrero y marzo de 2021. Otro de los datos que puede preocupar es la reticencia a realizar nuevas inversiones en la empresa, puesto que sus propietarios revelan su preferencia por retrasar esta decisión a la espera de que se clarifique el escenario.

40,9

es la valoración que realiza el Termómetro Económico del Gobierno Vasco sobre la economía de la CAV, lo que significa situarla en la zona de retroceso y muy lejos de los más de 100 puntos que registraba antes de la crisis sanitaria.

71%

de los empresarios consultados por Laboral Kutxa para su Índice de Confianza cree que el entorno económico empeorará en el primer trimestre de 2021, en una estimación negativa que extiende a otras variables.

La negativa evolución de la afiliación a la Seguridad Social y del sector turístico están en la base de este parón en la economía vasca

La incertidumbre y las dificultades derivadas de la pandemia de coronavirus generan unas estimaciones negativas en el empresariado