- Es inevitable recordar que en marzo, la extensión del coronavirus nos lleva a un estado de alarma y a un confinamiento. ¿Cómo afronta esta situación Industrias Peña?

-Empezamos a vivirlo en enero, porque nuestro cliente principal tiene filial en China. Ya empezamos a notar que algo pasaba, había una bajada de pedidos importante. Como trabajamos para energía, nos hicieron empresa esencial y dimos servicio en esos días tan duros de confinamiento. Todo lo que había almacenado, casi para acabar, se intentó sacar a cliente final, sobre todo a Dinamarca. Intentamos anticiparnos. Nosotros la crisis la hemos vivido después.

¿Tomaron medidas financieras?

-El objetivo fue hacer acopio de liquidez a través de Elkargi e ICO. Y aprovecho a hacer un llamamiento, porque pensábamos que esto iba a ser una crisis en uve y no es así en absoluto. Para 2021, los forecast que tenemos de información son similares a 2020 y todas estas ayudas que nos han dado, y menos mal, tenemos que hacer un llamamiento para que preparen una flexibilidad de pagos o incrementen el periodo de amortización.

¿Qué impacto tuvo ese estado de alarma en la facturación de la empresa?

-Dentro de todo este proceso hemos bajado un 35-40% de facturación.

¿Han tenido que tomar medidas respecto a la plantilla?

-Por desgracia ha habido que hacer un ajuste de plantilla. Justamente por esas fechas tocaba renovar a las personas que estaban en trabajo temporal y no se les pudo renovar. A la vez se presentó un ERTE por organización y producción hasta el 31 de diciembre, intentando que no hubiese despidos en la plantilla. También tuvimos que hacer cambios de horarios en oficinas, adaptándonos a necesidades de conciliación familiar. Fue también un trabajo complicado. En oficinas por ejemplo antes trabajábamos a turno partido y establecimos un horario de 7.00 a 15.00 horas que estamos manteniendo. Otra de las medidas fue el teletrabajo, valorando también la situación familiar.

¿Qué perspectivas tienen para el último trimestre del año?

-Creemos que la situación se va a equilibrar. Va a ser menos la demanda, la facturación consideramos que se va a quedar sobre un 25% menos y en la información que nos han trasladado vemos que la situación será de menos dientes de sierra. Las empresas ya se han organizado operativamente y ya se va viendo que los pedidos, aunque sean de menos volumen, empiezan a ser más constantes, más organizados.

¿Y para el próximo año?

-El objetivo es tener flexibilidad. Habrá que plantearse cómo tener flexibilidad, esperemos que no haya que utilizarla, e igual para el segundo tercer trimestre habrá una pequeña mejora. Y están las elecciones de Estados Unidos, los Presupuestos Generales del Estado... en nuestro caso saber si sigue Trump, por ejemplo, es importante en lo que nos afecta por su influencia sobre la política de energías renovables.

Desde su experiencia, desde ese proceso de transformación iniciado en 2010 en plena crisis, ¿qué mensaje puede trasladar?

-Siempre hay que pensar que se crean oportunidades. Hay que aceptar lo que está sucediendo. Muchas veces, sobre todo los políticos, no aceptan lo que está sucediendo. Las empresas no nos podemos permitir ese lujo. Las empresas tenemos que aceptar y tomar decisiones e implementarlas lo más rápido posible. Animamos a las empresas a que no se vengan abajo, que el esfuerzo realizado sirve para algo y que salir de una crisis nos fortalece más.