- La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, considera que Euskadi sólo puede salir de la crisis generada por la pandemia de coronavirus mediante la “reconstrucción de la competitividad y el reforzamiento del tejido industrial” y las palancas para efectuar ese proceso son la realización de las transiciones digital y energética. “Con ellas tenemos que transformar la industria vasca para que sea la del futuro, la del siglo XXI, no la del siglo XX”.

La representante del Ejecutivo vasco abogó por la necesidad de avanzar en la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera pero tras dejar claro que descarbonizar no es desindustrializar, sí se mostró partidaria de que la transición sea “justa” y realizada de una forma “tecnológicamente neutra”, de manera que el proceso se efectué “sin demonizar ninguna tecnología”.

La consejera Arantxa Tapia planteó estas tesis en el transcurso de su participación en el acto de clausura de la jornada Transición Energética y Urbana. Movilidad Sostenible e Inteligente, organizada por la Universidad de Deusto-DBS y la Fundación Repsol, y en el que intervino junto con, entre otros, el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, que defendió una transición energética aprovechando la capacidad tecnológica de la industria vasca y teniendo en cuenta la realidad de la geopolítica internacional para defender la competitividad de Euskadi y de Europa en este proceso pensando en el futuro.

La consejera vasca de Desarrollo Económico destacó la importancia de aprovechar la crisis para ganar competitividad de cara a su salida y reiteró la importancia de mantener al sector industrial como eje fundamental de la economía y el bienestar de Euskadi. Por ello, insistió en señalar que “reducir emisiones de CO2 no es desindustrializar un país, no pasa por hacer que nuestra industria se traslade a terceros países”, donde también existen emisiones que “van a la misma atmósfera”.

“Tenemos que tener en cuenta aspectos como el ajuste de CO2 en frontera”, resaltó, en la línea de las tesis sostenidas en este mismo foro por el presidente de Repsol, Antoni Brufau, que indicó que está muy bien eliminar el CO2 en los tubos de escape de los coches en Europa pero siempre y cuando que ello no vaya acompañado de mayores emisiones a la atmósfera en el mundo por la vía de generar la electricidad para estos coches con centrales de carbón o emitir aún más CO2 para producir las baterías en China o allá donde se extraen los minerales para las mismas. Arantxa Tapia reconoció que en este proceso abierto hacia una economía más descarbonizada hay “múltiples frentes abiertos” como la necesidad de un mayor despliegue de generación renovable, el aumento de puntos de recarga para el vehículo eléctrico y la introducción de elementos de eficiencia energética en todas las actuaciones. Para la consejera del Ejecutivo vasco liderado por Iñigo Urkullu, en Euskadi “tenemos potencialidades, capacidades tecnológicas, industria etc pero tenemos que saber aprovechar esas transformaciones y esas transiciones para hacer que la industria sea la industria del futuro, no la del siglo XX, sino la del siglo XXI”. La consejera reiteró que la transición debe ser “justa” y “tecnológicamente neutra”, de manera que no se “demonice ninguna tecnología”, sino que “todas contribuyan a que esa transformación sea realidad”.

La representante del Gobierno vasco destacó que con la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus se afronta “un enorme desafío” que va a exigir “trabajo y dedicación, más si cabe, que la que dedicada hasta ahora”. En este sentido, la consejera del Gobierno Vasco recordó que la sociedad vasca ha demostrado, en las diferentes crisis sufridas por Euskadi, “capacidad de reacción, de adaptación y de resiliencia”.

En todo caso, Arantxa Tapia insistió en que “no se trata únicamente de salir de una crisis”, sino de “reconstruir de nuevo nuestra competitividad, reforzar el tejido industrial y que este siga siendo la base de la fortaleza económica, la columna vertebral de nuestro bienestar ahora y en el futuro”.