- La crisis sanitaria y las medidas adoptadas para contener el avance han propiciado un parón de la actividad económica durante dos meses que ha arrastrado a la economía vasca a la mayor caída de su historia moderna, un 20,1% de hundimiento del Producto Interior Bruto (PIB). “Es una caída de la economía vasca sin precedentes en tiempos de paz”, señalaron ayer responsables del Gobierno Vasco con motivo de la presentación del avance de las cuentas correspondientes al segundo trimestre del presente 2020.
Como era de prever, la caída de la demanda interna, con el comercio y la hostelería al ralentí, y el gran tractor de la economía de Euskadi, la industria ligada al sector del automóvil en una compleja situación, han arrastrado a Euskadi a la recesión económica y de una magnitud desconocida. A la vista de los datos conocidos y de la compleja situación que se espera tras el verano, pues los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) están paliando el primer golpe de la pandemia en las compañías, el panorama de otoño no se presenta muy optimista a la vista de los ajustes que presentan significativas empresas vascas como Sener, Tubacex o ITP Aero debido a la notable reducción de la demanda.
Por ello, el Gobierno Vasco advirtió ayer que, a falta de contar con datos definitivos, tendrá que revisar a la baja sus previsiones económicas para el presente ejercicio después de que el PIB vasco haya registrado una caída interanual en el segundo trimestre del referido 20,1%.
El Ejecutivo vasco, según señalaron ayer el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu y el viceconsejero de Presupuestos, Alberto Alberdi, adelantó que el escenario que contemplan incluye una caída del PIB de la CAV en 2020 de, al menos, el 10%, algo que “no tiene precedentes en la historia”. El consejero Azpiazu, que además de por Alberto Alberdi, también estuvo acompañado por el director de Economía y Planificación, Jordi Campàs, valoró el Avance de cuentas trimestrales de Eustat.
Los datos del segundo trimestre muestran que la fuerte caída del PIB ha ido acompañada, lógicamente, por una reducción de los puestos de trabajo. El recorte en el empleo ha alcanzado el 19,8%, en parte suavizado por la posibilidad que han tenido las empresas de acogerse a los ERTE.
Para hacerse una idea de la complicada situación hay que tener en cuenta que los números reales son apreciablemente peores que los que se manejaban mientras que las previsiones que hasta ahora manejaba del Departamento vasco de Economía y Hacienda eran de una caída del orden del -13,4% en el PIB y del entorno del -10,7% en el empleo.
El consejero Azpiazu indicó que aunque los datos definitivos serán el 18 de septiembre, “todo parece constatar” que previsiblemente tendrán que proceder a una revisión “a la baja” del crecimiento económico y del empleo. Como se recordará, las ultimas estimaciones de Lakua eran una caída del PIB en Euskadi del 8,7% este año y un crecimiento para 2021 del 6,7%.
El consejero explicó que revisarán el cuadro macroeconómico cuando cuenten con el dato definitivo el próximo 18 de septiembre de las cuentas económicas del segundo trimestre, ya que considera adecuado hacerlo entonces de cara a afrontar la elaboración de los próximos Presupuestos de la Comunidad Autónoma Vasca.
Aunque, reconocieron que la caída de la economía es “muy intensa”, algo que está ocurriendo también, en el resto de países europeos, quisieron mostrarse más optimistas respecto a la evolución en la segunda mitad del año. El consejero Azpiazu señaló que la economía mejorará pero advirtió que dependerá de cómo se produzca la desescalada y de que no se produzca una recaída sanitaria que haga volver a “restar movilidad o actividad económica”.