La expansión de Vitoria-Gasteiz siempre ha estado presente en el debate del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. El Consistorio se ha centrado en la última década en la expansión de la ciudad por el este (Salburua), el oeste (Zabalgana) y, en menor medida, en el sur (Aretxabaleta y Gardelegi) con poco control de los límites urbanos. Y es que, la realidad, ha reflejado que se ha incrementado la superficie urbanizada un 40% mientras que la población apenas ha aumentado un 10%.

La ciudad -señala el propio ayuntamiento en su página web www.vitoria-gasteiz.org- ha perdido compacidad y resulta menos sostenible. De esta manera, se ha consumido más espacio público del necesario y además, con un consecuente encarecimiento de los servicios municipales, más difíciles de mantener.

Así, ante esa realidad, nace un nuevo concepto: Toca mirar hacia dentro. Una frase con la que se plasma la necesidad de atender las necesidades y demandas de los barrios, insuficientemente atendidos en esta época del urbanismo expansionista. Toca crecer hacia dentro mejorando lo que ya existe, sin consumir nuevos recursos naturales y maximizando el aprovechamiento de la red de servicios existentes.

Uno de los objetivos para lograr este toca mirar hacia adentro es la redensificación de los dos barrios emergentes en la última década, Salburua y Zabalgana, donde falta cohesión y vitalidad en su tejido urbano.

El 1 de agosto del año pasado, el gobierno municipal cerró un importante acuerdo en este sentido junto con los propietarios de 13 sectores de Salburua y Zabalgana. El acuerdo supone la reordenación urbanística de esos dos ámbitos de la ciudad y la reactivación de la construcción en esas zonas importantes de la ciudad con el criterio claro de "evitar el consumo injustificado de suelo, hacer crecer la ciudad hacia dentro, hacer la ciudad más compacta y sostenible y así mejorar también la eficiencia de los servicios públicos al generar masa crítica de población. Este acuerdo permite dar continuidad a la trama urbana haciendo una ciudad a escala humana", destacó entonces la concejala de Territorio y Acción por el Clima y presidenta de Ensanche 21, Ana Oregi.

Este acuerdo supone un hito en el desarrollo urbanístico de Salburua y Zabalgana y supone el desbloqueo de más de 2 millones de metros cuadrados, en más de 170 parcelas y dos centenares de propietarios implicados. Además de la activación de las licencias, esta tramitación urbanística permitirá a Ensanche 21 recuperar más de 4 millones de euros procedentes de las liquidaciones de los sectores.

"El proyecto es determinante en el modo en el que queremos que crezca la ciudad. Hacia dentro y poniendo fin al consumo injustificado de suelo, reservando la urbanización de los sectores no iniciados para aquellos momentos en que sean necesarios, de manera que no se dilapiden recursos públicos ni privados. En definitiva, haciendo la ciudad más compacta y sostenible. Esta aprobación permite coser zonas inconexas como Larrein o Arkaiate, da continuidad a la trama urbana y va a permitir desbloquear parcelas de equipamientos para proyectos como los centros educativos de Aldaialde y Errekabarri y la liquidación de sectores que quedan pendientes y que va a suponer unos recursos económicos importantes para la sociedad Ensanche 21 que podrá también ir culminado el Plan de Equipamientos y Servicios que iniciamos la pasada legislatura y que no olvido", destacó por su parte el alcalde Gorka Urtaran.

En el verano de 2016 se aprobó de manera inicial este proyecto, y tras el proceso de notificaciones, alegaciones y adecuación del complejo documento a las alegaciones admitidas, ayuntamiento y propietarios han acordado su plácet al documento que fue aprobado de forma definitiva por la junta de Gobierno Local.

Con la aprobación del proyecto de reparcelación también se da un paso determinante para que los propietarios puedan inscribir las nuevas parcelas en el registro y puedan disponer de los aprovechamientos asignados.

Fruto de este acuerdo, se prevé la construcción de 11.000 nuevas viviendas y se ha podido acelerar gestiones como la puesta a disposición del Gobierno Vasco de las parcelas necesarias para los centros educativos de Errekabarri y Aldaialde