Laboral Kutxa considera que la economía vasca va a tardar dos años en recuperar los niveles anteriores al coronavirus, ya que este año caerá el 8,9 por ciento y subirá el 7 el que viene, pero, ha advertido, siempre que no haya nuevos rebrotes y confinamientos.
El director de Desarrollo de Negocio, Ibon Urgoiti, y el de Estudios, Joseba Madariaga, han presentado este jueves el informe sobre las perspectivas de la economía vasca que elabora el servicio de estudios de la entidad.
Madariaga ha recordado que los analistas difieren en hasta seis puntos en sus previsiones para la economía, debido a la incertidumbre reinante. "La caída es de tal magnitud que recuperar la situación anterior a la pandemia podría requerir un tiempo próximo a los dos años. En dos meses hemos perdido dos años", ha resumido.
Los cálculos de Laboral Kutxa son de una bajada del PIB español del 9,4 este año, del 8,9 en Euskadi y del 8,6 en Navarra. El año que viene esperan un crecimiento general del 7 por ciento, insuficiente para compensar la caída de este año.
Prevén que el paro en Euskadi suba este año al 14,2 por ciento, y baje al 12,7 el año que viene, todavía lejos de la frontera del 10 por ciento que se consiguió rebajar antes del coronavirus. Respecto a la inflación, creen que los precios caerán un 0,3 por ciento este año y se recuperarán el 1,1 el que viene.
Pero, han advertido, aunque a diferencia de la crisis financiera las autoridades económicas han actuado esta vez con "contundencia y rapidez", amortiguando los efectos, la "puesta en marcha de la economía no es tan sencilla, requiere tiempo".
Han citado cuatro factores que alimentan las dudas sobre el futuro: en primer lugar, la incertidumbre asociada a la pandemia no ha desaparecido, y la amenaza de un rebrote "pende como una espada de Damocles hasta que se consiga finalmente descubrir una vacuna".
"El distanciamiento social es una realidad y a la vez un impedimento para recuperar el ritmo de la actividad económica en el sector servicios, como podemos ver en la hostelería", han subrayado.
En segundo lugar, las industrias con largas cadenas de suministro se verán afectadas por la desigual desescalada de los países -por ejemplo, Estados Unidos está ahora en el punto álgido-, con lo que la actividad se verá mermada con respecto al mundo prepandemia.
En tercer lugar, los factores desencadenantes de la desaceleración en el bienio 2018-19, guerra comercial y Brexit, se convierten ahora en elementos que pueden agudizar la recesión.
Por último, las medidas adoptadas para afrontar la crisis sanitaria, aunque alivian las necesidades de financiación, dejarán el lastre del endeudamiento, con una marcada diferencia en Europa entre los países más y menos endeudados.
Laboral Kutxa calcula que el Estado va a superar el 10 por ciento déficit público este año, con lo que sumará 15 puntos a la deuda, que rondará el 115 por ciento del PIB.
Sobre este incremento del gasto público, Madariaga ha comentado que las medidas de endeudamiento han sido correctas porque hay que sostener la vida de las familias y que las empresas no se ahoguen.
Por eso mismo, ha opinado que no es el momento ahora de subir los impuestos, "porque si los subes, vas a profundizar en la recesión".
Pero, ha advertido, en el momento en que la economía vuelva a crecer -el año que viene- "hay que afrontar una consolidación fiscal" -más equilibrio en las cuentas públicas, rebajando el déficit-, de manera que, "a medio plazo los impuestos se tendrán que tocar al alza", ha concluido.