Gasteiz - Febrero vuelve un año más a servir de punto de inflexión en el mercado de trabajo. Tras el desplome de enero a causa de la finalización de las campañas navideñas, el segundo mes del año registra un rebote del empleo que marca el inicio de una curva alcista que suele prolongarse hasta el inicio del verano. En febrero destaca el buen comportamiento de grandes servicios como la educación, que repunta una vez que quedan atrás dos meses muy condicionados por las vacaciones escolares. La construcción se mantiene plana mientras que algunas ramas industriales como la fabricación de productos metálicos destacan entre las actividades con mayores descensos del paro.
“En una época tan convulsa, podemos lanzar el mensaje de que el paro ha vuelto a bajar”, dijo ayer el director de Lanbide, Borja Belandia, en la comparecencia para valorar los datos de empleo de febrero. El propio responsable del Gobierno Vasco indicó que el descenso del número de personas inscritas en los servicios de empleo, unas 400, “no es para tirar cohetes”, con una cierta “ralentización” en el ritmo de descenso del paro a nivel interanual. Esto no deja de confirmar esa sensación de doble velocidad que arrastran los dos grandes indicadores del mercado laboral en Euskadi: el rápido crecimiento del número de trabajadores tiene como contrapeso un descenso del paro mucho más lento de lo normal.
El mes de febrero es una muestra de esta distinta velocidad. La Seguridad Social gana 3.181 cotizantes vascos, pero el número de parados se reduce solo en 410. Y la tendencia se agudiza: en febrero del año pasado creció la afiliación en 2.300 trabajadores con una bajada del paro de 900 personas. Por todo ello el nivel de trabajadores en Euskadi está a un paso de rebasar su techo histórico mientras que la tasa de paro aún tiene mucho camino por recorrer para volver al mínimo previo a la crisis. En el lado contrario, también ocurre que el aumento del paro en los meses malos, sin ir más lejos el pasado enero, suele ser más suave de lo que marca el retroceso del empleo.
A partir de ahí cada parte hace su propia lectura sobre los mismos datos. Los sindicatos ponen el foco en la temporalidad y esa elevada rotación laboral a causa de la brevedad de muchos contratos. Ayer hubo un mensaje común en el frente sindical vasco instando al Gobierno de Pedro Sánchez a derogar la reforma laboral, “hecha a medida de los empresarios” y que según las centrales es una de las causas del aumento de la precariedad.
incertidumbres En cambio, empresarios e instituciones vascas dan por buena la acumulación de números positivos en un contexto plagado de dificultades. Al escenario de desaceleración económica hay que sumar otros condicionantes negativos, el más reciente la expansión del coronavirus. Según resaltó el director de Lanbide, el mes pasado, a pesar de que es una bajada más bien corta y menos de la mitad que en 2019, ha sido el cuarto mejor febrero para el desempleo de los últimos 15 años.
Destaca sobre todo el buen comportamiento de algunos grandes servicios, con la educación, la hostelería y los hoteles a la cabeza. En cambio, comercio o actividades sanitarias prolongan el ajuste. Además, Lanbide destaca como algunas de las actividades donde más bajó el paro la fabricación de productos metálicos, la metalurgia en general o los servicios a edificios y la construcción especializada.
Con la recuperación de empleo en febrero Euskadi comienza a dar la vuelta al balance de 2020, que arrancó con 10.000 afiliados menos en enero. Con un total de 973.152 afiliados a la Seguridad Social, la CAV está a algo menos de 10.000 del máximo histórico marcado en 2008.
En el Estado español, la Seguridad Social ganó en su conjunto el mes pasado casi 86.000 afiliados hasta superar los 19,25 millones de ocupados. Se trata del mayor incremento para este mes desde 2015. Por otro lado, el desempleo bajó en 7.800 personas, con lo que el total de parados continúa claramente por encima de los tres millones.
La recuperación de la dinámica positiva sirvió al Ejecutivo de PSOE y Podemos para lanzar un mensaje de optimismo tras las críticas recibidas en enero y que vinculaban la caída del empleo con algunas de las medidas que se han tomado como subir el salario mínimo.
Desde el Gobierno de Sánchez se valoraron los datos conocidos ayer como “esperanzadores”, y se descartó de momento que el coronavirus esté generando un impacto en el mercado laboral. El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, puso en valor los datos de febrero ante los “discursos de corte catastrofista” en relación a los números de enero y que “carecían de sentido” ya que “el mercado de trabajo avanza con un pulso firme”.
En esa misma línea, el sindicato CCOO asegura que los datos del mes pasado contradicen “las visiones catastrofistas” que afirmaban que el aumento del salario mínimo iba a destruir empleo. En cambio, la central de Unai Sordo mantiene que el crecimiento de la afiliación “no puede ocultar” los problemas estructurales del mercado de trabajo español. En ese sentido, el sindicato alertó de que la brecha de género sigue determinando las condiciones de trabajo y que la precariedad se extiende “de forma enorme”.