bilbao - El viceconsejero de Economía del Gobierno Vasco, Alberto Alberdi, destacó ayer la importancia para las empresas vascas de recurrir a los instrumentos complementarios a la banca, como el capital riesgo o el mercado bursátil alternativo, para lograr una “financiación sostenible”. En su opinión estas fuentes alternativas están experimentando un fuerte crecimiento en los últimos años, tienen “un gran futuro” y están contribuyendo a “cambiar el paradigma de la financiación” desde la crisis económica.

Alberdi se pronunció sobre este asunto ayer en una conferencia en el Bizkaia Aretoa, organizada por la empresa LKS Next y la Asociación para el Progreso y la Dirección (APD). El viceconsejero señaló que, en 2019, las 122 empresas incorporadas al mercado alternativo bursátil (MAB) obtuvieron una financiación de 1.500 millones en todo el Estado.

En capital riesgo la inversión total a la que accedieron fue de 6.000 millones, de los que un 10% correspondían al País Vasco. La inversión de capital riesgo acumulada en Euskadi en 2018 alcanzó los 1.478 millones.

Desde su punto de vista, el acceso a los mercados alternativos “exige un importante esfuerzo, pero puede rendir grandes beneficios a medio y largo plazo para el desarrollo empresarial”. De la misma manera, “el capital riesgo que se involucra en los proyectos empresariales puede aportar mucho a los procesos de crecimiento”, dijo Alberdi.

En ese sentido, el viceconsejero valoró “la importancia de la financiación alternativa frente a la deuda bancaria, no tanto a las plataformas de financiación participativa conocidas como el crowfunding o el crédito empresarial P2P (Bay financial hub), sino al propio Mercado Alternativo Bursátil y al Capital Riesgo”. De hecho, “están contribuyendo a cambiar el paradigma de la financiación desde la crisis con un protagonismo de los mercados que alcanza ya en la actualidad al 40% y que se homologa a lo que ocurre en el ámbito internacional”.

nueva política financiera En este punto, el viceconsejero trasladó que el Gobierno Vasco va a desarrollar una nueva política financiera a partir de una reordenación de los instrumentos de financiación a las pymes vascas, que incluirá la creación de algunos nuevos, y de agrupar toda esa labor bajo el paraguas del Instituto Vasco de Finanzas (IVF) como eje central. Dicha reordenación del entramado de instrumentos financieros incluirá el establecimiento de un sistema de ventanilla única para tramitar las solicitudes y dirigirlas hacia “los instrumentos más adecuados sean de crédito, de capital o de garantía”.

Asimismo, indicó que la actividad de reafianzamiento se seguirá desarrollando con Elkargi mediante los convenios y con un techo para las operaciones que se ha elevado hasta los dos millones.

Por su parte, al IVF se le asignará un triple misión, entre ellas concentrar las participaciones financieras en fondos y sociedades, los de carácter público y la participación en otros -como el de Mondragón por ejemplo- o gestionar los ligados a las políticas del Gobierno como anticipos Gauzatu, crédito a la exportación, Sendotu para agricultura y Aurrera ligado al emprendimiento. También realizará operaciones de crédito de dos a cinco millones en estrategias de coinversión con entidades financieras.

La actividad dirigida a operaciones con pymes de menos de dos millones, no ligada a políticas específicas, se canalizará a través de Luzaro que, además de financiar proyectos de inversión, “debe volver con fuerza a su objetivo fundacional y otorgar préstamos participativos con condiciones muy especiales”.