Bilbao. El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, ha propuesto este miércoles a Olarra, Tubacex y Tubos Reunidos la creación de un gran grupo siderúrgico vasco, y se ha mostrado convencido de que contaría con el apoyo del Gobierno Vasco y de los ámbitos políticos y financieros, y de que aseguraría el futuro del sector en Euskadi tras la "caída" derivada de la crisis de 2008.
Jainaga ha puesto nombre a las compañías que integrarían el grupo vasco, una idea lanzada hace tiempo, durante un desayuno de trabajo organizado en Bilbao por la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi (Adype) y en presencia de numerosos representantes empresariales. Estas cuatro compañías, junto a Arcelor -de capital hindú- y Nervacero, son las grandes empresas del sector en Euskadi.
Las grandes "ventajas" de esta unión serían mantener el centro de decisión en Euskadi; disponer de un tamaño que conseguiría una facturación de 2.000 millones de euros al año y un capital humano de cerca de 6.000 personas (el 75 % con su puesto de trabajo en el País Vasco); sumar sus respectivas capacidades de innovar y sus respectivos mercados de ventas, y constituirse en un grupo capaz de atraer talento y juventud.
Respecto al producto a trabajar, Jainaga ha considerado que debe ofrecer "valor añadido" y para ello no puede centrarse en fabricar acero para la construcción, sino en aceros aleados, aceros inoxidables y aceros al carbono.
Ha reconocido que, de momento, ha mantenido conversaciones sobre esta idea con "dos de las tres" empresas, aunque no ha querido desvelar con cuáles. Ha destacado que este proyecto debe estar liderado por los "mejores" y que lo "importante" es "tener la voluntad" de llevarlo a cabo "con mentalidad abierta y generosidad" ya que se trata de "un camino complicado y con un resultado no garantizado".
Según ha detallado, el ratio de solvencia y liquidez de esta unión sería "correcto y aceptable" para las entidades bancarias y contaría con una capacidad de generación de caja de 200 millones de euros al año.
También ha apuntado que todas estas "sinergias" provocarían "solapes" que conllevarían la reducción de activos industriales y empleos, y ha precisado que "tapar los ojos al exceso de plantilla no sirve para nada".
Ha indicado que otras empresas siderúrgicas ubicadas en el País Vasco podrían "tener cabida" en esa unión, pero ha considerado que "no quieren saber nada de este asunto".
El directivo ha hablado también sobre el escenario económico vasco en el que se desenvuelve el sector siderúrgico y ha citado como "desventajas" que muy pocas empresas tienen su centro de decisión en esta comunidad; las condiciones laborales, que conllevan que se produzca menos y más caro, según ha dicho, y un absentismo del 10 %. Todo ello conforma "una situación claramente inaceptable".
Ha sumado la factura eléctrica, que según ha resaltado sitúa a las empresas españolas en una "desventaja" de 20-25 euros por megavatio/hora respecto a Francia y Alemania, y ha reclamado las mismas "exenciones y compensaciones" que tienen las compañías en los países citados.
En otro momento de su intervención se ha referido al coche eléctrico, que necesita menos acero que el coche tradicional, y ha asegurado que se ha "montado una burbuja que ha hecho mucho daño" a la venta de automóviles, a la vez que ha criticado que dicha variación de coche "está en todas partes, menos en las carreteras".
"Los políticos y los líderes de opinión han cometido la irresponsabilidad de demonizar el diesel, y la gente no sabe qué comprar. Hubiera sido mucho más útil para la sociedad que incentivaran el cambio de vehículo, porque la media de antigüedad de los coches en España es de doce años", ha dicho.