BILBAO - Alrededor de 1.500 comités de empresas de Euskadi y Navarra han aprobado en sus centros de trabajo secundar la huelga general convocada el 30 de enero por sindicatos y organizaciones “en defensa de un trabajo, unas pensiones y una vida dignas”, según informaron ayer representantes de los colectivos de la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria.

En una comparecencia conjunta en Bilbao, en la que tomaron parte los secretarios generales de ELA y LAB, Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, respectivamente, los convocantes dieron cuenta del centenar de movilizaciones previstas este jueves en las capitales y principales municipios de ambas comunidades autónomas. Las principales manifestaciones se desarrollarán al mediodía en las cuatro capitales. A las 12.00 horas, las de Gasteiz -desde la plaza Bilbao- y Pamplona, y a las 12.30 horas las previstas en Bilbao y Donostia. Asimismo han sido convocadas por la tarde otras tres movilizaciones centrales en las capitales vascas, a las 18.00 horas en Bilbao y Gasteiz -en la plaza de la Virgen Blanca-, y a las 18.30 la de Donostia.

Tanto Aranburu como Lakuntza remarcaron que al día siguiente de la jornada de huelga, “seguirán con la lucha” por lograr las principales reivindicaciones recogidas en la Carta de Derechos Sociales. Lakuntza sañaló así que el 31 de enero “la pelea no va a acabar, porque vamos a salir más fuertes de esta huelga ya que vamos a tener más fuerza para continuar con las reivindicaciones”.

Igualmente, prosiguió, van a seguir “interpelando al lehendakari porque algún día tendrá que revisar su posición y sentarse a escuchar a la mayoría social y sindical de este país”. Desde su punto de vista, con su negativa a reunirse con los convocantes de la huelga general, “Urkullu deja claro que esta huelga no va con él, y lo que hace es mentir y no decir la verdad cuando dice que no tiene competencias para legislar sobre los temas recogidos en nuestra tabla de reivindicaciones”.

En este punto, Lakuntza señaló que resulta “difícilmente explicable que el máximo responsable de un país no quiera recibir a la mayoría sindical porque eso no pasa en una democracia al uso”. Y añadió que “ese autoritarismo está de sobra en este país y debería reflexionar sobre su actitud porque, cuando solo se escucha una parte, a las grandes empresas, y solo se reúne con una parte, se acaba hablando como ellos, algo que no es sano ni democrático”. Aranburu, a su vez, afirmó que “a partir del 31 de enero, seguirán luchando en favor de un trabajo, unas pensiones, una vida dignas y en favor de un proceso de transformación social y de cambio político”, porque “el 30 de enero va a ser una demostración de fuerza muy importante un día que quedará marcado en el calendario de la historia de este país”. - DNA