BILBAO - Estados Unidos y China rubricaron ayer en Washington un acuerdo comercial parcial que no solo relaja las tensiones entre ambos países, también cambia el clima en el que desarrollan su actividad las empresas de todo el mundo. El presidente estadounidense, Donald Trump, y el viceprimer ministro chino, Liu He, estamparon su firma en el documento, bautizado como Fase I de la Paz entre las dos primeras economías del mundo, un apelativo que es toda una declaración de intenciones de cara al futuro.
A más de 6.000 kilómetros de distancia, la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, destacó la importancia de un acuerdo que, en su opinión, puede relanzar el crecimiento de la economía europea y permitir que el PIB vasco avance este año más de lo previsto.
En Washington, Trump buscó su protagonismo siendo el encargado de sellar la semipaz, mientras que China dio ese papel a Liu He, el que ha sido el principal negociador de su país en un proceso no exento de tensiones. El acuerdo parcial implica básicamente que ambos países renuncian a imponerse nuevos aranceles y se comprometen a negociar en torno a los que ya se están aplicando.
A cambio, China aumentará las compras de productos estadounidenses en 200.000 millones de dólares (algo más de 179.000 millones de euros) los próximos dos años, la mayoría de ellos a empresas industriales y energéticas. La Administración Trump disminuyó a la mitad los aranceles que habían entrado en vigor en septiembre, valorados en más de 107.000 millones de euros.
Detrás del enfrentamiento entre ambos países está la carrera por el liderazgo tecnológico y por ser la primera economía del mundo. Así lo recordó ayer la consejera Tapia en su valoración del acuerdo parcial y las expectativas que genera. La responsable del área industrial del Gobierno Vasco subrayó que se trata de una “buena noticia” que “ayuda a reducir la incertidumbre” actual en los mercados internacionales. Además, confió en que la primera parte de la paz comercial contribuya a “abrir el proteccionismo del que hace gala” el presidente Trump y que facilite la negociación de un acuerdo más amplio.
Añadió que desde el punto de vista europeo, la rebaja de las tensiones con China, puede suponer la “apertura” de una posible negociación en torno a la guerra arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea. A juicio de Tapia, el acuerdo firmado ayer también tiene potencial para que impulsar el crecimiento económico de ambos países “por encima de lo esperado”, lo que afectaría “indirectamente” a Europa y también a Euskadi.
“Nuestra industria está perfectamente posicionada para poder ser grandes competidores a nivel internacional y que esta paz nos ayude a continuar creciendo y haciendo las cosas que hacemos mejor, de forma más rápida y más ágil”, concluyó.
Negociación abierta. Estados Unidos y China firmaron ayer la denominada Fase I de la Paz Comercial entre ambos países. Se trata del primer paso para un acuerdo más amplio que tendrá que negociarse los próximos meses.
Compromiso. La administración de Donald Trump se compromete a no imponer más aranceles y rebaja los últimos. A cambio, China aumentará sus exportaciones de productos de EEUU.