Vitoria - El que acaba de terminar ha sido el sexto año consecutivo en el que crece el número de trabajadores en Euskadi. A pesar de un diciembre descafeinado, la Seguridad Social cierra el ejercicio con 18.488 cotizantes vascos más, lo que supone un paso decisivo en dirección al récord histórico de empleo de la CAV. No se rebasa, por muy poco, ese pico máximo de 983.000 afiliados alcanzado en el verano de 2008, aunque Euskadi sí está ya en el nivel de empleo más alto de esta última década, como resaltó el lehendakari, Iñigo Urkullu.

A través de las redes sociales, Urkullu puso en valor que Euskadi terminó diciembre con más de 980.000 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, y remarcó que el objetivo de su gobierno es "seguir contribuyendo a generar más y mejor empleo". El director de Lanbide, Borja Belandia, hizo una valoración más amplia de los datos conocidos ayer, en general positivos pero en los que vuelve a sobresalir la sombra de la temporalidad.

De hecho, la fuerte mejoría de la afiliación a la Seguridad Social en 2019 se traduce en un descenso mucho más tibio del paro, en concreto 5.512 menos. En el mes de diciembre el número de desempleados vascos incluso repuntó ligeramente, 385 más.

Es una descompensación que se viene repitiendo en los últimos años, y en la que tiene que ver la elevada rotación laboral que impone la temporalidad. Muchas de las altas al sistema que engordan la cifra media de afiliados (980.592 en Euskadi a cierre de diciembre) no son empleos consolidados sino de muy corta duración, apenas unos días. Eso significa que no permiten a esas personas salir de la lista de parados a final de mes. También hay otros factores que frenan el descenso del paro como el crecimiento de la población que busca trabajo a medida que la crisis ha ido quedando atrás.

En cuanto a los contratos, Belandia explicó ayer que en el conjunto del año se firmaron en Euskadi algo más de un millón de contratos laborales, de los que tan solo 84.000 fueron indefinidos, un 3,4% menos que en 2018. Es decir, se realizaron más de 920.000 contratos temporales, cerca de la mitad además a tiempo parcial. "Estos datos plantean que se sigue utilizando la contratación temporal por encima de lo que sería deseable", lamentó Belandia, quien explicó que "el contexto de incertidumbre" en el que viven las empresas es una de las causas que alimentan la temporalidad.

El cuanto a este 2020, el director de Lanbide afirmó que el paro continuará bajando, aunque la magnitud dependerá de cómo evolucione el ecosistema económico, que tiende a perder velocidad. Continuarán las dificultades de inserción para los colectivos de parados con menor nivel formativo, por lo que el Gobierno Vasco centrará sus esfuerzos en reforzar las políticas de formación de desempleados de larga duración y mujeres, explicó Belandia.

el récord tendrá que esperar Era relativamente probable, teniendo en cuenta que diciembre no suele ser un mal mes para el empleo, que la recta final de 2019 alumbrara un nuevo récord histórico de ocupación en Euskadi. Sin embargo ha sido un diciembre bastante flojo, con 683 cotizantes más, una cuarta parte de los recuperados en el último mes de 2018. La cifra está condicionada por el bajón producido en Gipuzkoa, que pierde 670 trabajadores.

Con el leve empujón de diciembre, el total de afiliados vascos se queda a algo más de 2.300 de su récord histórico anterior a la crisis. Aunque es una distancia corta, lo más probable es que haya que esperar al menos hasta la próxima primavera para romper esa barrera simbólica. Enero es un mes nefasto para el mercado laboral porque pone fin a la oleada de contratos temporales en hostelería y comercio del tramo Navidades-rebajas, lo que causa un bajón de la afiliación al que solo se le da la vuelta transcurridos varios meses. Habrá que ver cómo impacta en este indicador la ralentización económica, si bien las previsiones sostienen un nuevo avance del empleo en 2020 -11.000 empleos más, según la patronal Confebask-.

Dentro de esa mejoría más lenta que vive el desempleo hay que destacar que la tasa de paro vasco se mantiene con holgura por debajo del 10%, objetivo marcado por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu para el cierre de legislatura. 2019 ha sido un año con dos fases. Hasta junio la curva del paro fue claramente descendente, pero a partir del verano se abre un periodo de dientes de sierra con alzas y bajas para llegar a diciembre con 114.000 parados, 3.000 más de los que había en junio.

En el resto del Estado español la afiliación ha crecido en 384.000 trabajadores en 2019, el incremento más corto desde 2013, hasta un total de 19,4 millones de cotizantes. El repunte permite, según el Ejecutivo español en funciones, "dar por cerrada la crisis en términos estadísticos" al haberse recuperado los niveles de empleo previos a 2008.