BILBAO. El movimiento de pensionistas de la CAV y Navarra ha declarado este martes que se ha "cansado de esperar" a que se atiendan sus demandas y da por "concluido el tiempo de las promesas", con lo que se propone "incrementar en calidad y cantidad" el nivel de sus protestas.
En un acto informativo llevado a cabo en las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbao, con la presencia de decenas de jubilados y pensionistas, portavoces del movimiento de pensionistas de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra han destacado las movilizaciones que tienen previstas para los próximos tres meses: manifestaciones en las cuatro capitales el 16 de noviembre, concentraciones ante los Parlamentos vasco y navarro en diciembre y una "movilización general ciudadana" en enero.
Han recordado que próximamente se van a cumplir 22 meses desde que en enero de 2018 decidieran hacer concentraciones de protesta todos los lunes, en unos actos que, según sus datos, reúnen semanalmente a unas 13.000 personas en 100 puntos del País Vasco y Navarra.
"Han pasado casi dos años y constatamos que, si bien tras las movilizaciones iniciales fuimos capaces de conseguir algunas conquistas, éstas siguen sin consolidarse porque están en vigor las leyes laborales y de pensiones que lo impiden y se sigue sin garantizar el sistema público de pensiones y unas pensiones dignas", han expresado en un manifiesto los pensionistas vascos y navarros.
Han señalado que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez "podría perfectamente haber derogado las reformas laborales y de pensiones y tomado medidas para revalorizar las pensiones, y no lo ha hecho", a lo que se añade que el lehendakari, Iñigo Urkullu, "tras dos años no ha encontrado un hueco en la agenda" para reunirse con ellos, y que para el Gobierno de Navarra los pensionistas no son "ninguna prioridad".
Por ello, tras subrayar que "los periodos electorales se suceden, las promesas se repiten y los problemas se agravan", los jubilados y pensionistas vascos y navarros han dicho que se han "cansado de esperar" y han decidido "incrementar en calidad y cantidad" el nivel de sus movilizaciones.
Han exigido a las instituciones estatales, vascas y navarras que atiendan sus demandas, entre las que se encuentran "garantizar el sistema público de pensiones y unas pensiones públicas dignas, justas y suficientes". Su objetivo es una pensión mínima de 1.080 euros y un salario mínimo de 1.200 euros.
Reclaman también la derogación de las reformas laborales y de pensiones llevadas a cabo entre los años 2011 y 2013, así como la "revalorización automática" de las pensiones con el IPC, entre otras reclamaciones.
Al concretar las próximas movilizaciones que tienen previstas, han indicado que el próximo 16 de noviembre, "seis días después de las elecciones generales", esperan que las manifestaciones convocadas en Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona sean un "clamor" en defensa de sus reivindicaciones.
En diciembre se concentrarán ante los parlamentos vasco y navarro, en Vitoria y Pamplona, para "urgirles" a que tomen decisiones en defensa del sistema público de pensiones.
Los jubilados y pensionistas quieren "echar el resto" en una "movilización general ciudadana" que preparan para el próximo mes de enero, coincidiendo con el segundo aniversario de sus protestas de los lunes.
Para esta movilización esperan contar con la "implicación activa" de los sindicatos, colectivos feministas, estudiantes, el movimiento asociativo, comerciantes y otros grupos sociales con los que mantienen contacto.