BILBAO - La situación saneada de las arcas públicas vascas y las perspectivas de crecimiento de los ingresos van a permitir al Gobierno Vasco dar un tijeretazo de casi 600 millones de euros a su endeudamiento y dejar el contador de su carga financiera en 9.444 millones. Euskadi lleva varios años sin agotar su límite de deuda y evitando de este modo que la cifra se desboque. Ahora se va un paso más allá y se reducen de golpe 597 millones con los que la deuda de Lakua se situará en el 12,3% del Producto Interior Bruto de la CAV, más de un punto por debajo del porcentaje con el que se cerró 2018.
La situación es todavía más favorable de cara al próximo año, cuando la previsión es poder rebajar la deuda hasta los 9.291 millones. En ese caso, se conseguiría rebajar el saldo vivo de deuda por primera vez desde 2007. En otras palabras, se daría el primer paso en la reducción del esfuerzo de endeudamiento público que tuvo que acometer el Gobierno Vasco para atender las necesidades de los ciudadanos durante la crisis.
Fue el consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, el encargado de presentar ayer ese frenazo en seco del nivel de endeudamiento, que consolidará a Euskadi como comunidad más saneada. La CAV es poco menos que un oasis en un mapa de deuda en el que hay regiones que rondan y hasta superan el 40% de deuda. Sin embargo, el color más preocupante es el del Estado, teñido de rojo con un endeudamiento siempre cercano al 100% del PIB español.
De modo que la noticia, ya avanzada hace unas semanas y concretada ayer en cifras, de que el Gobierno Vasco dará un tajo importante a su previsión de endeudamiento de este año es un bálsamo en un momento de incertidumbre que ha desacelerado el PIB vasco. De hecho, el Consejo de Finanzas solicitó el pasado viernes que se flexibilice la norma de gasto para las administraciones vascas de cara a disponer de más recursos para incentivar la economía.
La reducción de deuda prevista para este año no solo apuntala el saneamiento del Gobierno y las diputaciones, también da una pincelada adicional para esa demanda, que tendrá que atender el próximo Ejecutivo central. La situación es inmejorable. La normativa de estabilidad presupuestaria permite a Euskadi endeudarse este año hasta el 13,8%, con lo que las cuentas públicas vascas se quedarán aproximadamente 1.000 millones de euros por debajo del límite permitido.
El consejero de Hacienda explicó que ser la comunidad autónoma menos endeudada del Estado tiene otras ventajas, ya que supondrá una mejora sustancial de la valoración de su solvencia por parte de las agencias de calificación y le permitirá un mejor acceso a los mercados en términos de coste y diversificación de inversores. Azpiazu añadió que llegar a este punto óptimo presupuestario ha sido posible gracias a la sincronización de la “estrategia de consolidación fiscal”, con la adecuación de la Cuentas a las diferentes coyunturas y la disposición a ir saneando las cuentas públicas en épocas de mayores recursos.
El consejero destacó que eliminar parte de la carga de la deuda pública es una “inversión a futuro” porque coloca a la economía y a las administraciones públicas en una mejor posición de respuesta ante posibles escenarios más complicados. La reducción de los 597 millones se compone de una parte de amortización normal prevista para este año, de 124 millones, y de una amortización anticipada de 473 millones (265,8 con la compra de emisiones y 207,2 de amortización anticipada de préstamos).
El consejero también recordó que las cuentas públicas vascas tienen superávit desde 2017, ejercicio que presentó una cifra positiva de 1.080 millones de euros en virtud de los acuerdos de la Comisión Mixta del Concierto Económico con el que se puso fin al enfrentamiento entre Euskadi y España por las liquidaciones anuales del Cupo.
Sin ese ajuste de contabilidad, el superávit del Gobierno Vasco hubiera sido de 301 millones de euros y el año pasado, debido a los buenos resultados de la recaudación fiscal de las diputaciones forales, la cifra creció hasta los 531 millones. Para el cierre de este ejercicio se calcula un superávit de 153 millones de euros y de 40 millones en 2020.
Presentar superávit en las cuentas públicas permitirá además al Gobierno Vasco realizar Inversiones Financieramente Sostenibles, que no computan en la regla de gasto y suponen un “importante impulso” a la inversión pública. En 2018 ascendieron a 54 millones y este año la cifra será cercana a los 100 millones de euros.
Evolución del endeudamiento
millones de euros
2006518,83
2007301,87
2008491,90
20092.080,75
20104.382,10
20114.900,29
20126.088,50
20137.087,73
20147.748,24
20158.227,24
20168.765,24
20179.082,19
20189.134,28
2019 *9.444
2020 *9.291* previsión
Una escalada de doce años. Si se cumplen las previsiones, el próximo año se conseguirá reducir la deuda viva de Euskadi por primera vez desde 2007. Según los cálculos iniciales del Departamento de Hacienda, las amortizaciones superarán en 2020 las emisiones de deuda y se iniciará el camino de adelgazamiento de la deuda contraida durante la crisis.