Vitoria - De unos años a esta parte, la consigna de Fernando Alonso Fernández, presidente de Airbus España, para con todas las empresas que pululan bajo su paraguas es tan insistente como cargada de coherencia: en un mercado absolutamente global y geopolíticamente tan inestable, la necesidad de internacionalizarse y diversificar tanto su portafolio como su cartera de clientes no es que sea ya de recomendable cumplimiento sino que el abandono de esta idea conllevará en el futuro unas pésimas consecuencias.

En un sector tremendamente exigente donde los procesos de maduración son tan largos, Aernnova entendió hace ya tiempo el mensaje del consorcio europeo. De modo que analizó su modelo de negocio, puso el foco en aquellos nichos de mercado donde se veía, y se ve, fuerte, y dibujó una hoja de ruta a largo plazo que puso el acento en la diversificación -es proveedor de referencia (Tier 1) de los principales fabricantes internacionales- y la internacionalización.

A día de hoy, 13 años después de su fundación tras la adquisición de la división aeronáutica de Gamesa por parte de un grupo de directivos, la consolidación del grupo parece un hecho. Presenta unos ingresos de 680 millones de euros, da empleo a 4.700 personas y cuenta con varios centros de producción en Estados Unidos, México, Brasil y Rumanía. Enclaves estratégicos a los que ahora se suma Shanghái (China), donde la firma alavesa espera consolidar su relación en los próximos años con el fabricante COMAC.

Una decisión, ésta, la de internacionalizar la compañía, que entronca al pie de la letra con el plan estratégico ideado por el grupo alavés, ya un referente en España por encima incluso de esa entente que han formalizado recientemente Aciturri y Alestis, sus principales competidores. Un crecimiento sostenido que, en palabras de su presidente, Iñaki López Gandásegui, continúa basándose en la compra de empresas competidoras que estén “bien situadas”.

Sobre esta base, Aernnova inició su proceso de internacionalización en 2007 en suelo americano, impulsando su primera filial (Aernnova Engineering US) en ANN Arbor, Michigan. No fue sin embargo hasta una década después cuando cumplió realmente su objetivo de entrar definitivamente como productor en Estados Unidos al comprar la compañía Brek Manufacturing, con sede en California. Superada la incertidumbre de la crisis y con viento de cola para el sector, Aernnova protagonizaría un año después (2018) un nuevo hito en territorio USA al sellar una alianza con el gigante norteamericano United Technologies (UTC) para participar en programas civiles y militares. Descartada en aquellos días la fusión entre los principales players del sector aeroespacial en España, quedaba claro que el futuro estaba puesto en los mercados exteriores. La última adquisición se produjo el año pasado. Aernnova adquirió Structural Integrity Engineering (SIE), una ingeniería especializada en servicios y modificaciones de aviones para la industria aeronáutica norteamericana y cuya sede está ubicada ubicada en Chatsworth (California). La ambiciosa operación, de la que no trascendió el desembolso económico, reforzaba la estrategia internacional de la compañía alavesa en dicho país y consolidaba su reputación como el mejor Tier 1 español de la industria aeronáutica y el décimo dentro de su especialidad (alas, timones y fuselaje, principalmente) a nivel mundial.

centro en Miñano Al tiempo que la firma alavesa crecía hacia fuera, también sustentaba sus pilares en casa, en concreto en su cuartel general del Parque Tecnológico de Álava, donde hace unos meses inauguró su centro de excelencia de mecanizado, que empleará a 200 personas en 2022 tras una inversión de 18 millones de euros. De esta forma, la aeronáutica refuerza su I+D en Euskadi, lo que se espera que genere un efecto tractor en la innovación de los proveedores vascos tradicionales de la multinacional.