BRUSELAS - La tasa de desempleo permaneció en el 6,3 % en la Unión Europea (UE) y en el 7,5 % en la eurozona en el mes de julio con respecto a junio, con lo que frena momentáneamente el descenso paulatino que ha registrado en el último año pese a la ralentización de la economía europea. Son datos hechos públicos ayer por Eustat, que también avanzó su estimación sobre la inflación en el área de la moneda única, que, según cálculos iniciales, se situará en agosto en el 1%, la misma cota que el mes anterior. La inflación subyacente, que excluye el precio de energía, alimentos frescos, alcohol y tabaco por ser los más volátiles, se mantuvo en el 0,9 %.

De modo que ambas variables, IPC y paro, continúan enviando señales que alimentan la percepción de que será necesario que el Banco Central Europeo actúe los próximos meses para reactivar la economía.

En comparación con julio de 2018, el paro cayó cinco décimas en los Veintiocho, desde el 6,8%, y seis en el área de la moneda única, desde el 8,1%, con lo que sigue en mínimos del año 2000 y 2008, respectivamente. El desempleo en ambas zonas ha ido reduciéndose, de modo lento pero regular, en los últimos doce meses, a pesar de que la economía europea crece más despacio desde finales de 2018 y seguirá haciéndolo en la segunda mitad de 2019, según las previsiones de instituciones internacionales y financieras.

En julio había 15,6 millones de parados en la UE, 1,1 millón menos que el año antes, de los cuales 12,6 millones estaban en la eurozona, 898.000 menos. La fortaleza del mercado laboral y el aumento de salarios no se han traducido, sin embargo, en una presión al alza para los precios de consumo, según los analistas, que ayer se observaron los datos del paro a la luz del indicador de inflación.

El estancamiento del índice de precios de consumo en agosto alimenta la impresión de que el BCE se verá obligado a adoptar nuevas medidas en septiembre para estimular una economía europea lastrada sobre todo por las tensiones comerciales y la incertidumbre del Brexit o la salida del Reino Unido de la UE.

“Una de las cuestiones cruciales que rodean a la economía en este momento es si el mercado laboral puede continuar proporcionando suficiente crecimiento del empleo para mantener la presión de los salarios y aumentar el consumo de los hogares”, dice Bert Colijn, del banco ING. Para el analista, aunque las cifras de desempleo conocidas hoy son “volátiles”, “un mercado laboral más lento haría saltar las alarmas sobre el crecimiento económico” y la inflación.

“Teniendo esto en cuenta, hay buenas razones para no esperar que el BCE se contenga el mes que viene”, añade en referencia a la perspectiva de que el emisor europeo ponga en marcha las medidas que ya está preparando de rebaja de tipos de interés o compras de deuda. En este sentido, tanto la Comisión Europea como el BCE prevén que el empleo siga creciendo a lo largo del año y apoye así el consumo de los hogares, aunque advierten de que lo hará a menor ritmo.

Bruselas prevé que en 2020 el paro se sitúe en el 7,3%, es decir, solo dos décimas por debajo del nivel actual. Entre países, aunque 25 de los 28 miembros de la UE han logrado reducir el paro en el último año, las diferencias son sustanciales. España mantiene la segunda tasa más alta de la UE (13,9%), pese a haber registrado uno de los mayores descensos desde el 15% marcado en julio de 2018. Solo le supera Grecia, con un 17,2% en mayo (últimos datos disponibles). En el lado opuesto se sitúan la República Checa (2,1%) y Alemania (3%). La UE, por otra parte, no logra atajar el paro entre los menores de 25 años, que sigue por encima del doble de la media de la población en general. - Efe

6,3%

La tasa de desempleo de la UE bse situó en julio en el 6,3%, mientras que el registro de la eurozona fue del 7,5%. Se pone así fin a al descenso del paro registrado el último año a pesar de la desaceleración de la economía europea.

1,0%

El Índice de Precios al Consumo de la zona euro se situará este mes en el 1%, repitiendo el dato de inflación de julio y alimentando las expectativas de una intervención por parte del Banco Central Europeo.